El Comité de Basilea se reunió los días 2 y 3 de julio y tomó decisiones políticas sobre cuestiones que incluían la divulgación de la exposición de los bancos a las criptomonedas. Sus decisiones son parte de las reformas de Basilea III que se finalizaron en 2017 para mejorar la resiliencia de los bancos de la Unión Europea a través de la regulación, la supervisión y la gestión de riesgos.

En diciembre de 2022 se propuso un marco de divulgación para los criptoactivos de los bancos y se abrió para comentarios en mayo de 2023. El marco incluye un conjunto de enmiendas específicas a la propuesta original y revisiones del estándar prudencial para tenencias de monedas estables.

El largo y tortuoso camino hacia la regulación

La divulgación tiene como objetivo mejorar la transparencia y fomentar la disciplina del mercado. Las normas actualizadas se publicarán a finales de julio, según un comunicado del Banco de Pagos Internacionales (BPI).

La consideración por parte del comité de la exposición a las criptomonedas de los bancos se remonta a 2019. En 2021, propuso colocar las criptomonedas en su conjunto de activos de alto riesgo del Grupo 2. Las criptomonedas tendrían una ponderación de riesgo del 1250%, lo que requeriría que los bancos tuvieran un capital igual al valor de su exposición a las criptomonedas. Las participaciones del Grupo 2 se limitaron a menos del 1% del valor de sus participaciones del Grupo 1.

A las monedas estables se les asignó una nueva designación de 1b que no imponía requisitos a las tenencias de los bancos más allá de los del Grupo 1. Sin embargo, las monedas estables con “mecanismos de estabilización ineficaces” se colocaron en el Grupo 2. La respuesta de la industria a las restricciones propuestas no fue entusiasta.

En diciembre, el comité propuso introducir un límite máximo de vencimiento para los activos de reserva de los bancos y sobregarantizar las tenencias de monedas estables para compensar una posible desvinculación.

Basilea y MiCA suman muchos límites

Además, el comité discutió las implicaciones prudenciales de la emisión de monedas estables por parte de los bancos. Concluyó que “estos riesgos están ampliamente reflejados en el Marco de Basilea”, pero el comité continuará monitoreando el área.

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Además de los nuevos estándares de Basilea, los emisores de monedas estables deben cumplir con las nuevas regulaciones de los Mercados de Criptoactivos (MiCA).

El BPI alberga y apoya al Comité de Supervisión Bancaria de Basilea, pero su gobernanza y agenda están guiadas por los bancos centrales del Grupo de los 10 países. Los cambios a los estándares actuales de Basilea III entrarán en vigor el 1 de enero de 2026, después de haberse retrasado desde el 1 de enero de 2025.

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