La Reserva Federal está repitiendo un error crítico que se remonta a 1929. En un esfuerzo por controlar la inflación, la Reserva Federal ha mantenido una postura restrictiva sobre las tasas de interés durante demasiado tiempo. Esta demora en ajustar las tasas ha generado temores de que la economía estadounidense pueda enfrentar consecuencias graves, muy similares a las que se dieron en 2008 e incluso en épocas tan lejanas como la Gran Depresión.

Un breve contexto histórico

En los últimos 12 meses, la Reserva Federal ha mantenido estables las tasas de interés, lo que refleja un patrón similar observado antes de la crisis financiera de 2008. En ese momento, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, admitió que el hecho de no haber reducido las tasas antes contribuyó a la desaceleración económica. La Reserva Federal mantuvo las tasas de interés de corto plazo por encima de la tasa neutral de la economía (la tasa a la que la actividad económica no se acelera ni se desacelera), lo que indica una política monetaria restrictiva. Este entorno restrictivo persistió hasta que la recesión comenzó oficialmente en diciembre de 2007.

Pero no era la primera vez que la Reserva Federal cometía un error de ese tipo. A fines de la década de 1920, mantuvo las tasas demasiado altas durante demasiado tiempo, lo que contribuyó inadvertidamente a la Gran Depresión. Recién después del colapso financiero la Reserva Federal reconoció que debería haber reducido las tasas antes para estimular la actividad económica.

Ecos de 1929 y 2008 en la economía actual

Si nos adelantamos al día de hoy, la situación parece inquietantemente similar. Durante los últimos dos años, la tasa de los fondos federales se ha mantenido por encima de la tasa neutral, manteniendo una política monetaria restrictiva. Si bien esto fue necesario durante los aumentos inflacionarios de 2022 y 2023, los datos recientes muestran que la inflación ahora se está estabilizando. Sin embargo, la Fed sigue manteniendo una postura restrictiva, lo que aumenta el riesgo de otro error de política.

En la reciente reunión de Jackson Hole, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, indicó que los recortes de tasas podrían comenzar este mismo mes, pero incluso con esos recortes, la Reserva Federal no alcanzará niveles no restrictivos hasta abril de 2025. Dado que varios indicadores económicos ya muestran signos de deterioro, esta respuesta tardía puede resultar costosa.

Señales de alerta en el mercado laboral

El mercado laboral estadounidense, un indicador clave de la salud económica, está empezando a mostrar señales de advertencia:

🔷 Los despidos están aumentando: las empresas han comenzado a despedir trabajadores en previsión de la desaceleración económica.

🔷 La contratación se ha desacelerado: la creación de empleo ha alcanzado su nivel más bajo desde 2020, lo que genera preocupaciones sobre el crecimiento futuro.

🔷 El crecimiento salarial se está estancando: los empleados ven menos aumentos salariales a medida que las empresas recortan gastos.

Dado que los datos de empleo e inflación sugieren que la Fed debería flexibilizar sus políticas más pronto que tarde, la demora continua genera preocupaciones sobre la sostenibilidad de la trayectoria económica actual.

La desconexión del mercado de valores

A pesar de estas señales de advertencia económicas, el mercado de valores ha seguido subiendo. Sin embargo, la historia nos enseña que el mercado de valores no siempre es un predictor racional del futuro. Por ejemplo:

🔷 El auge bursátil de la década de 1920: en los años previos a la Gran Depresión, las acciones se dispararon, incluso cuando la economía se debilitó.

🔷 La crisis de 2008: las acciones se desplomaron cuando se afianzó la crisis financiera, solo para recuperarse una vez que terminó la recesión.

El comportamiento actual del mercado podría seguir un patrón similar. Si no se produce un shock económico importante, el mercado de valores podría seguir siendo irracional durante unos meses más. Pero una vez que la realidad de la situación económica se imponga, una recesión puede ser inevitable.

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La demora en la respuesta de la Reserva Federal a la hora de recortar las tasas de interés podría tener consecuencias duraderas y, como ha demostrado la historia, estos errores de política suelen tener un alto costo. Queda por ver si la Reserva Federal actuará a tiempo para evitar otra importante recesión económica.