Según las últimas investigaciones, blockchain emerge como una tecnología clave para mitigar los posibles efectos negativos de las aplicaciones de IA.
De hecho, la inteligencia artificial ha revolucionado numerosos sectores, pero también ha generado dudas sobre cuestiones éticas, la seguridad de los datos y la transparencia.
Al igual que blockchain, las criptomonedas también representan un complemento esencial de la inteligencia artificial, ofreciendo nuevas perspectivas para la innovación y la seguridad en la era digital. Veamos todos los detalles a continuación.
Cómo blockchain puede mitigar los impactos negativos de las aplicaciones de IA
Como se anticipó, blockchain y las criptomonedas emergen como herramientas clave para mitigar los riesgos asociados con la IA, brindando soluciones innovadoras para autenticar contenido y verificar identidades.
La llegada de la inteligencia artificial (IA) generativa ha planteado nuevos desafíos a los responsables de la formulación de políticas sobre cómo regular estas poderosas tecnologías.
Sin embargo, con la adopción de tecnologías de vanguardia, es posible orientar la IA hacia usos beneficiosos y crear un ecosistema digital seguro y transparente.
Una de las preguntas cruciales es cómo garantizar la autenticidad del contenido en un contexto donde cualquier medio puede generarse sintéticamente.
Los deepfakes, en particular, representan una amenaza importante, ya que pueden usarse para hacerse pasar por figuras públicas o descartar medios auténticos como falsos.
Un ejemplo reciente es el uso de un deepfake del presidente Biden para disuadir a los votantes en las primarias de New Hampshire.
La solución a estos problemas podría estar en las tecnologías blockchain, que ofrecen libros de contabilidad inmutables para verificar la autenticidad de imágenes y vídeos.
Organizaciones como la Coalición para la Procedencia y Autenticidad del Contenido (C2PA) están desarrollando estándares técnicos para abordar este desafío, pero los resultados aún son imperfectos.
La implementación de blockchain en dispositivos de grabación, como cámaras y teléfonos inteligentes, podría garantizar que cada imagen o vídeo sea validado como auténtico píxel a píxel.
El Protocolo de Números es un ejemplo de cómo se está trabajando en esta dirección.
Verificación de identidad y transacciones seguras
Además del desafío que plantea la autenticidad del contenido, la IA plantea problemas relacionados con la verificación de identidad en línea.
Los modelos de lenguaje grande (LLM), como ChatGPT, pueden imitar el estilo de escritura de una persona, lo que hace que la verificación de identidad sea aún más compleja.
De ello se deduce que la necesidad de prevenir delitos cibernéticos como el robo de identidad y garantizar la verificación de la edad en las plataformas sociales es más urgente que nunca.
Las criptomonedas ofrecen una posible solución con la infraestructura de identidad digital basada en autenticación biométrica y pruebas de conocimiento cero.
Esta tecnología permite verificar sólo la información necesaria para una transacción específica, preservando la privacidad de los usuarios.
Proyectos como Worldcoin, apoyado por el director ejecutivo de OpenAI, Sam Altman, están explorando estas posibilidades.
Gobernanza de los agentes de inteligencia artificial
Además, el auge de los agentes de inteligencia artificial introduce nuevos desafíos para la gobernanza de Internet.
Estos agentes, con capacidad de realizar acciones complejas en nombre de humanos, podrían convertirse en asesores confiables, capaces de interactuar con otros agentes y personas, incluso en transacciones financieras.
Sin embargo, la integración de estos agentes al sistema bancario tradicional aún está lejos.
Las stablecoins, criptomonedas vinculadas al valor del dólar, podrían desempeñar un papel crucial.
Regulados y ampliamente adoptados, podrían facilitar las transacciones financieras de los agentes de IA, ofreciendo una opción familiar y segura tanto para los usuarios como para las instituciones financieras.
Sin embargo, las criptomonedas, aunque maduras como tecnología, continúan luchando por adaptarse a un sistema regulatorio y financiero que no fue diseñado para ellas.
En cualquier caso, a través de soluciones políticas y técnicas, es posible construir un ecosistema digital preparado para afrontar los desafíos de la próxima revolución industrial impulsada por la inteligencia artificial.
