El BIS descubrió que el 94% de los bancos centrales están explorando los beneficios de sus propias monedas digitales, y la mayoría de los reguladores trabajan con CBDC tanto minoristas como mayoristas. Se espera que las monedas digitales minoristas del Banco Central se utilicen para pagos gubernamentales, transacciones personales, comercio electrónico y pagos en puntos de venta. Las CBDC mayoristas están destinadas a liquidaciones interbancarias y transferencias transfronterizas.

Uno de cada tres bancos centrales se centra exclusivamente en CBDC minoristas que estarán disponibles para usuarios individuales, y solo el 2% está creando CBDC mayoristas. La mitad de los bancos centrales encuestados están trabajando en una prueba de concepto y alrededor del 30% de los bancos centrales ya han pasado a proyectos piloto.

En 2023, las economías avanzadas experimentaron un fuerte aumento de la actividad con CBDC mayoristas. De ellos, el 81% ya ha pasado la prueba de concepto, frente al 60% del año anterior. Los mercados emergentes experimentaron un ligero aumento, del 37% al 39%. En particular, los investigadores mencionaron los bancos centrales que recientemente comenzaron a trabajar en un proyecto piloto para CBDC mayoristas: el Banco Central de Filipinas (Proyecto Agila), el Banco Nacional Suizo (SNB) (Proyecto Helvetia Fase III), la Autoridad Monetaria de Singapur (MAS ), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de la Reserva de Sudáfrica.

En general, el número de países que planean lanzar CBDC minoristas en los próximos cinco años se ha reducido casi a la mitad, de 11 en 2023 a 6 en 2024. Los bancos centrales mencionaron las características más populares de las CBDC minoristas: límites de almacenamiento, compatibilidad con sistemas de pago internos y capacidad de separación de cuentas bancarias. En cuanto al lanzamiento de CBDC mayoristas, las cifras se mantienen sin cambios: nueve bancos centrales están listos para lanzar su propia moneda digital en los próximos cinco años.

Anteriormente, los analistas del BIS dijeron que las monedas estables no pueden considerarse una forma confiable de almacenar riqueza, ya que a menudo pierden su conexión con las monedas fiduciarias. El BIS señaló recientemente que la adopción masiva de monedas estables se ve obstaculizada por la falta de normas regulatorias uniformes en todos los países.