En el ámbito de las criptomonedas, el pulso de flujo entre intercambios (IFP) desempeña un papel crucial en la predicción de las tendencias del mercado. El IFP mide los flujos de Bitcoin en las bolsas al contado y de derivados, proporcionando información valiosa. Un IFP en aumento, que indica que más Bitcoin fluye hacia los intercambios de derivados, es generalmente una señal de un período alcista. Por el contrario, un IFP a la baja, en el que Bitcoin sale de los intercambios de derivados, suele ser un indicador bajista.

Históricamente, el IFP ha demostrado ser un predictor fiable. Por ejemplo, en junio de 2016, el IFP se mantuvo por debajo de su promedio de 90 días durante unos 55 días, lo que indica un período bajista. Una vez que superó este promedio, se produjo una importante corrida alcista.

Recientemente, observamos un patrón similar. El IFP cotizó por debajo de su promedio de 90 días desde el 14 de diciembre de 2023 hasta el 24 de febrero de 2024. Durante este período, el precio de Bitcoin se corrigió de 46.000 a tan solo 39.000. Sin embargo, posteriormente Bitcoin alcanzó un nuevo máximo histórico, lo que sugiere una trampa para osos.

Actualmente, el IFP se sitúa en 668,7 mil, ligeramente por debajo de su promedio móvil de 90 días de 675,5 mil. Si el IFP vuelve a superar este promedio, podría indicar el regreso de un período alcista. Por tanto, a pesar de la actual tendencia bajista, hay motivos para el optimismo en el mercado de Bitcoin.