Paraguay está promulgando leyes contra los mineros criptográficos que se han estado divirtiendo aprovechando su red eléctrica como si fuera un buffet libre. Los legisladores en Paraguay han dejado de observar desde el margen y han propuesto un proyecto de ley que es básicamente una señal de alto gigante dirigida a la minería de criptomonedas y todo lo que conlleva.

Este es un país donde las criptomonedas ilegales no son sólo una molestia sino un dolor de cabeza grave, que provoca cortes de energía a diestro y siniestro. El proyecto de ley propuesto, recién salido del horno desde el 4 de abril, busca frenar de golpe a estos vampiros energéticos.

Se trata de detener la “instalación de granjas de criptominería” y poner una pausa en la “creación, conservación, almacenamiento y comercialización” de criptomonedas. Incluso están considerando la posibilidad de incluir criptomonedas y billeteras, que son básicamente todo menos el fregadero de la cocina en el mercado de las criptomonedas.

La crisis energética

Ahora quizás te preguntes, ¿a qué se debe tanto alboroto? Bueno, Paraguay ha estado en el radar de los mineros criptográficos debido a su abundante energía hidroeléctrica, lo que lo convierte en la tierra prometida para estos buscadores de Bitcoin. Han estado acudiendo en masa especialmente a la región de Alto Paraná, donde la represa hidroeléctrica de Itaipú se alza como una joya de la corona, alimentando al país sin sudar.

Pero aquí está el problema. Desde febrero, esta región se ha visto afectada por 50 casos de interrupciones en el suministro de energía, todo gracias a que estos criptomineros se conectaron ilícitamente a la red. No es sólo un pequeño dolor de cabeza. Está causando daños reales, con ANDE, el operador de la red eléctrica, llorando por la leche derramada por una suma de aproximadamente 94.900 dólares en daños por granja minera. Y si lo sumamos todo, estamos ante una asombrosa pérdida de 60 millones de dólares al año sólo en Alto Paraná.

¿Reglamento al rescate?

El proyecto de ley tiene un plan. Al imponer una prohibición temporal de 180 días a estas actividades, Paraguay espera actuar en conjunto hasta poder garantizar suficiente energía para todos sin que estos mineros provoquen un apagón cada vez que decidan excavar en busca de criptomonedas.

Y seamos realistas: no se trata sólo de mantener las luces encendidas. Se trata de poner cierto orden en las actividades criptográficas del país. La actual falta de regulaciones es como dejar la puerta abierta en un barrio sospechoso. Sólo estás buscando problemas. Desde el lavado de dinero hasta la evasión fiscal, el borrador señala que sin una supervisión adecuada, las criptomonedas pueden ser un terreno de juego para algunas actividades bastante turbias.

Pero seamos claros. Paraguay no está en contra de las criptomonedas. El país simplemente está adoptando una postura para garantizar que los beneficios de sus recursos naturales no sean acaparados por unos pocos elegidos a expensas de la mayoría.