La codicia es un fuerte motivador. Sin codicia, no tendrías el coraje de comprar acciones. Especialmente acciones de un centavo, ¿verdad?

La codicia te despierta por la mañana y te obliga a no rendirte. Pero a veces es por eso que se corren demasiados riesgos.

El mercado no se doblegará a su voluntad.

A veces desaparece inmediatamente después de una gran victoria. Te aburres y empiezas a preocuparte. Tu lado codicioso no tiene salida. Entonces aceptas un trato con el que no estás familiarizado, esperando que valga la pena.

Quizás tenga suerte y su negocio vaya en la dirección correcta. Te acercas y comienzas a cuestionar el costo de la salida. ¿Por qué detenerse ahí? Quiere todo lo que pueda conseguir en el mercado.

Pero luego la tendencia cambia. Tus emociones no están preparadas para aceptar el dinero perdido. No vendiste al máximo y ahora no puedes decidir un objetivo de ganancias aceptable. Tus ingresos están cayendo.

Si desea evitar errores comerciales psicológicos, debe tener muy claras sus intenciones en el comercio. Antes de sumergirte en el mercado, tómate un momento para reflexionar sobre tu día de hoy. Tu puntuación te lo agradecerá.