Desafío de la cadena de bloques
Al considerar blockchain como un sistema grande, los usuarios deben ser conscientes de que puede ser vulnerable a fallas inesperadas. La persistencia de blockchain puede ser una barrera. Por ejemplo, si se agrega accidental o maliciosamente contenido no deseado, falso o ilegal a la cadena de bloques, no se puede eliminar. También hay una falta de talento con habilidades en blockchain. La implementación de blockchain en un entorno educativo tiene sus propios desafíos: dificultad para cambiar los sistemas establecidos, cuestiones legales sobre la propiedad de los datos, limitaciones de espacio de almacenamiento y protección de la privacidad. La lentitud y, más concretamente, los altos costes energéticos de la creación y el mantenimiento de cadenas de bloques también son motivo de preocupación.
Sedlmeir et al. (2020) sostienen que esto no es un hecho y puede superarse mediante un compromiso entre rendimiento, seguridad y consumo de energía. Aunque hay evidencia de que las cadenas de bloques institucionales consumen más energía que los sistemas centralizados, las cadenas de bloques privadas consumen “muchos órdenes de magnitud menos que las criptomonedas” (Sedlmeir et al., 2020). Sedlmeir et al. argumentan que los costos de energía adicionales de cambiar a blockchain desde aplicaciones centralizadas no son excesivos. En comparación con las criptomonedas, el consumo de energía de blockchain es insignificante. Sin embargo, faltan aplicaciones blockchain útiles que puedan adoptarse o adaptarse para usos específicos. Además, con blockchain, existe un riesgo real de intervención regulatoria por parte de los gobiernos y de piratería por parte de personas y organizaciones no autorizadas.