Mientras las grandes empresas de telecomunicaciones se enfrentan a una carga de deuda sobrecargada por la COVID, la perspectiva de 5G a escala en esta década se está convirtiendo más en un meme que en una inevitabilidad. Si bien es probable que sea una sorpresa para los clientes que ya ven un ícono de 5G en sus teléfonos y asumen que tienen el servicio completo, el desarrollo de 5G está en su incipiente.

Este artículo de opinión es parte del nuevo DePIN Vertical de CoinDesk, que cubre la industria emergente de infraestructura física descentralizada.

Se necesitarán más de 250.000 millones de dólares para que las empresas de telecomunicaciones construyan ellas mismas 5G, una perspectiva que causa poco entusiasmo en las salas de juntas corporativas dada la escasez de casos de uso actuales que lo requieran. Como resultado, los proveedores de infraestructura de redes móviles están sufriendo. Ericsson sorprendió a los analistas financieros el último trimestre cuando informó que las ventas cayeron casi un 20% respecto al año anterior. La intensidad de capital y la complejidad de coordinación de construir una red de telecomunicaciones simplemente no justifican el esfuerzo para una empresa centralizada.

Pero el ritmo del progreso tecnológico no se está desacelerando: las crecientes demandas de computación en la nube requieren un suministro de ancho de banda cada vez mayor. ¿De dónde vendrá esta mejora de la función escalonada?

Las redes inalámbricas descentralizadas (DeWi) ofrecen una forma eficiente de unir ambos resultados al subcontratar el trabajo necesario para construir redes 5G. El ingrediente secreto de DeWi es la colaboración impulsada por la comunidad: cualquier persona puede implementar un dispositivo que proporcione ancho de banda a otros y estar seguro de que se les pagará por la prestación del servicio. Al incentivar a las personas a monetizar sus conexiones a Internet, las redes DeWi convierten a sus comunidades en su cadena de suministro.

El ingrediente secreto de DeWi es la colaboración impulsada por la comunidad

La clave del éxito de DeWi es la mercantilización del hardware de telecomunicaciones: mientras que antes las torres y cajas complejas hacían el trabajo pesado, ahora el software hace todo el trabajo. La descarga de WiFi se ha convertido en un componente clave que potencia el 5G, ya que la mayor parte del uso de dispositivos móviles se produce en interiores.

Si bien aún es incipiente, este modelo de construcción de redes de telecomunicaciones ha experimentado avances prometedores. Las redes DePIN como Helium han creado huellas significativas en el lado de la oferta, respaldando miles de puntos de acceso. Al combinar su huella de puntos de acceso con la red celular nacional de T-Mobile, Helium lanzó Helium Mobile para vender planes telefónicos económicos directamente a los clientes. El experimento aún es temprano, con ~100.000 suscriptores y 10.000 proveedores en la red, y muchos se muestran escépticos de que alguna vez pueda funcionar, ya que los teléfonos gratuitos y los contratos exclusivos de dos años presentan costos de cambio significativos.

Si bien la demanda ha demostrado ser mucho más lenta de lo que esperaban los inversores, la visión escéptica ignora el contexto cambiante que está reduciendo rápidamente las barreras de entrada.

Durante décadas, las grandes empresas de telecomunicaciones han mantenido a sus clientes atrapados en contratos a largo plazo y han dificultado el cambio de proveedor. Pero eso está cambiando. La tarjeta SIM física, que alguna vez fue una parte clave de esta estrategia, se está volviendo obsoleta. El nuevo iPhone 14 de Apple admite múltiples eSIM, que son versiones digitales de tarjetas SIM, lo que significa que ahora uno puede cambiar de proveedor con unos pocos toques en el teléfono en lugar de visitar una tienda.

Este cambio reduce drásticamente los costos de cambio y nivela el campo de juego, permitiendo a las empresas más pequeñas competir con los gigantes de las telecomunicaciones. Lo que antes tomaba días cambiar de proveedor, ahora solo toma unos minutos. Este desafío ha sido reforzado por los reguladores, cuyo objetivo es limitar la capacidad de las empresas de telecomunicaciones para encerrar a los clientes en contratos exclusivos.

El último vestigio del modelo de alto costo de cambio, la dependencia del cliente, está hoy bajo ataque por parte de la FCC. El presidente de la FCC aboga por una política que impediría que los operadores bloqueen el uso de otras eSIM por parte de los teléfonos después de seis meses. Este cambio significa que después de seis meses, cualquiera puede cambiar de operador fácilmente y sin restricciones, independientemente de los términos originales y las promociones de precios asociadas con el contrato.

Esta política podría sacudir la industria de las telecomunicaciones, poniendo fin a la rentable estrategia de combinar teléfonos gratuitos con contratos a largo plazo. Como resultado, la industria debería esperar una intensa competencia de precios, ya que los operadores ya no pueden depender de ofertas de paquetes para mantener a los clientes y tendrán que competir en la venta de ancho de banda mercantilizado.

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La batalla por el ancho de banda por unidad es una batalla en la que DeWi tiene una ventaja injusta: el modelo de implementación comunitaria adoptado por protocolos como Helium siempre costará más que el equivalente centralizado, con cierta escala. Los tres mayores costos que sufren los operadores tradicionales son: costos de espectro, gastos de capital en hardware y tarifas de mantenimiento de torres.

El ingrediente secreto de DeWi es subcontratar estos tres costos a personas dispuestas a alojar ellos mismos los enrutadores que proporcionan Internet, obviando la necesidad de gastar dinero en bienes raíces y torres. Al pagarles en tokens, las redes DeWi permiten a los miembros de la comunidad participar en las ventajas e incentivan el crecimiento viral.

Si bien empresas como Helium compiten hoy en el ámbito de las telecomunicaciones con planes telefónicos contratados, mañana competirán para proporcionar ancho de banda bajo demanda. Ésta es una batalla en la que las redes impulsadas por la comunidad tienen una ventaja injusta. Debido a que no tienen inmensos costos iniciales desde el primer día, no dependen de la dependencia del cliente a largo plazo para generar ganancias.

La misma transformación en el comportamiento del cliente está en marcha en todos los servicios en la nube, a medida que proveedores como AWS se ven obligados a pasar de modelos de software como servicio (SAAS) por contrato a modelos de infraestructura como servicio de pago por uso ( Modelos IAAS). Allí también las redes DePIN están resolviendo algunos de los mayores problemas del mundo mediante el crowdsourcing del suministro. A medida que continúa la aceleración hacia IAAS, se espera que los proyectos DePIN como Helium sigan acumulando participación debido a su oferta de servicios flexible y económico.

Nota: Las opiniones expresadas en esta columna son las del autor y no reflejan necesariamente las de CoinDesk, Inc. o sus propietarios y afiliados.