Pudiese no parecer un tema del mercado de valores digitales la geopolítica mundial, pero quien haga esa afirmación habrá decidido, como un mero e inútil ejercicio mental, aislar a la entidad más sensible de la economía global, como es la bolsa de valores en todas sus variantes, del más poderoso catalizador o destructor de la economía mundial: “la guerra y la paz”. Hoy, el presidente Biden aprobó 8 mil millones de dólares para Ucrania, acompañado de un paquete que incluye misiles de largo alcance para atacar en profundidad a la Federación Rusa. Mientras tanto, el día de ayer, el presidente Putin anunciaba al mundo su cambio en la doctrina militar nuclear rusa, donde se autoriza el uso de armas nucleares como respuesta a un enjambre de drones, acompañado o no de misiles convencionales que atraviesen la frontera de Rusia, la mesa está servida para una guerra entre la OTAN y el eje Irán, Rusia y Corea del Norte. No pasará mucho tiempo para que se incorpore China; sería muy estúpido que, en medio de una guerra, no se anexara Taiwán. Lo que sí están viendo las mentes frías, sumamente alarmadas, es que ya no nos preguntamos si la guerra en Europa se hará global o, peor aún, si será directa entre potencias nucleares, sino cuándo. Quienes conocen la historia de la Gran Guerra y de la Segunda Guerra Mundial, de sus inicios y de sus desencadenantes, saben muy bien que todas las condiciones están dadas para dar el paso siguiente en la confrontación, por ahora continental.

Hasta el día de hoy, solo Ucrania ha alcanzado las 700 mil bajas, una cifra bastante conservadora. El impacto de la diáspora y el cese del suministro energético a Europa por parte de Rusia ya se siente en una economía europea cada vez más mermada. La locomotora alemana se ha detenido y, si la guerra acabara mañana, 20 años serían pocos para que el auge y el empuje económico sobre Europa del motor alemán se recupere.

Por otra parte, la guerra entre la OTAN, Rusia, Irán y Corea del Norte ya es una guerra no declarada. Los ataques en profundidad sobre Rusia ya han comenzado y, todavía después de una semana, se debate que fue lo que destruyó el parque de armas ruso, todos a través de las redes sociales vimos los videos publicados mostrando una inmensa columna de humo cerca de la localidad de Toropets, fue un ataque que no pudo ser realizado por Ucrania. Ese ataque fue el comienzo de lo que a estas horas no da indicio de detenerse. Por otra parte, la acumulación de tropas, cerca de 14 mil, en la frontera con Bielorrusia y la determinación tanto de Vladímir Vladímirovich Putin como de Aleksandr Lukashenko de repeler un ataque ucraniano contra Minsk es otra muestra de que se inició una cuenta regresiva para que se inicie una escalada nuclear en la guerra de Eurasia. No incluiré el tema del Medio Oriente para no hacer de este artículo un interminable recuento de lo que ya muchos saben. Lo que sucederá en los próximos días y semanas, luego de que el Parlamento Europeo aprobara el uso de armas de largo alcance contra Rusia y el nuevo paquete militar aprobado por Biden el día de hoy, hará tambalear los cimientos del mercado.

En el momento en que Rusia realice su ya anunciada prueba nuclear, Bitcoin y la bolsa mundial se desplomarán; será como un castillo de naipes. Estamos en un momento crucial de la estabilidad económica y la guerra, y quisiera no ser pesimista, pero solo veo un cielo oscuro en el horizonte. Dada la volatilidad de los activos digitales y lo que pudiese representar una escalada en la guerra para nuestros activos, les sugiero estar muy atentos a lo que sucede en tiempo real y refugiarse en activos digitales estables en caso de lo inminente. Ya todos sabrán por qué Bitcoin superó los 65 mil dólares, después de que el S&P 500, que es un indicador económico de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos y que muestra el desempeño de las mismas, mostrará un máximo Histórico.

Ahora bien, la guerra puede mejorar el rendimiento de las empresas en los EE.UU., pero esta no es cualquier guerra. Los mismos rusos reconocen que es imposible enfrentarse a la OTAN con armas convencionales, ya que son muchos países. Así que solo les queda el uso de su arsenal atómico, que según señalan todos los expertos militares, comenzaría por el uso de armas nucleares tácticas. Rusia es el país que más posee en cantidad y calidad, esto último basado en dispositivos termonucleares montados sobre misiles hipersónicos. Una barbaridad: en tan solo 8 minutos, Londres sería destruido, y si el misil parte desde Kaliningrado, apenas podrán pestañear los alemanes antes de ser arropados por el fuego atómico, que de entrada se concentrará sobre la infraestructura industrial y las bases militares de la OTAN en Europa. Luego, la destrucción mutua asegurada. Y si no están convencidos del tamaño de la estupidez humana, revisen la historia reciente sobre la Segunda Guerra Mundial y verán de lo que somos capaces los humanos, movidos por la ceguera de la prepotencia. Solo me queda decir: “Que nos ayude Dios.”

Jorge Ferrer

Licenciado en Administración de Empresas