Por primera vez en la historia de las criptomonedas, existe una trayectoria clara hacia llegar a cientos de millones de usuarios mensuales. Este cambio será impulsado por una experiencia de usuario (UX) mucho mejor que la web2, no por los objetivos criptográficos convencionales de "democratizar las finanzas" o "descentralización".

Los problemas con la actual Web2 UX

Web2 UX tal como existe hoy es esencialmente ineficiente, incluso si nos hemos acostumbrado a ello. Buscamos e ingresamos códigos de confirmación de correo electrónico, administramos varias cuentas de aplicaciones financieras, esperamos mucho tiempo para transferencias bancarias, recreamos redes sociales en cada nueva aplicación y lidiamos con una experiencia en línea difícil.

Las próximas herramientas criptográficas harán que Internet sea mucho más fácil de usar y los usuarios esperarán esta experiencia mejorada, a menudo sin entender que está impulsada por las criptomonedas.

El último conjunto de herramientas criptográficas

Claves de acceso: Las claves de acceso eliminan la necesidad de recordar contraseñas o claves privadas. Se pueden crear fácilmente, mantener seguros en sus dispositivos y realizar copias de seguridad en la nube. Corporaciones destacadas como Amazon, Google, LinkedIn, Shopify y Uber ya han implementado compatibilidad con claves de acceso, que se pueden recuperar utilizando el PIN o datos biométricos de su dispositivo.

Web Wallets: no necesita un complemento de navegador ni una aplicación móvil. Proporcionan una experiencia fluida de inicio de sesión único (SSO) a diferencia del torpe procedimiento "Connect Wallet" utilizado en las criptomonedas modernas. Estas billeteras con clave de acceso permiten a los usuarios llevar su identidad en línea sin necesidad de iniciar sesión en Google, Apple o Twitter.

Cuentas de contrato inteligente: las tarifas de gas se abstraen con frecuencia, las transacciones de varios pasos se combinan en una sola y la recuperación de la cuenta se facilita a través de contratos inteligentes y pagadores. Los usuarios pueden otorgar permisos especiales a las aplicaciones, lo que permite transacciones con un solo clic sin necesidad de carteles de confirmación.

Gráficos sociales abiertos: las direcciones en cadena de los usuarios están conectadas a gráficos sociales descentralizados creados por nuevos protocolos sociales como Farcaster. No es necesario reconstruir las redes sociales porque cualquier aplicación que conozca su dirección puede brindar una experiencia social y personalizada desde el momento del registro.

Cómo será la nueva experiencia del usuario criptográfico

En el futuro, iniciar sesión en aplicaciones será tan sencillo como utilizar Google o Apple SSO. No se requerirán descargas de aplicaciones de Wallet, frases de respaldo de 24 palabras ni flujos problemáticos de WalletConnect. Ya no tendrás que intentar contraseñas de cuentas de Google ni ingresar números de seis dígitos repetidamente. El proceso se puede completar con solo una confirmación de clave de acceso, lo que lo hace mucho más simple que el SSO actual.

El software se personalizará rápidamente al iniciar sesión utilizando información de su gráfico social y su historial en cadena. Tus amigos ya estarán allí, por lo que no habrá más patrones oscuros que obliguen a los usuarios a compartir contactos. Las transacciones con tarjeta de crédito no requerirán transcripción, las transferencias ACH no tardarán 72 horas en ejecutarse y el dinero estará disponible a través de su billetera web de inmediato.

Conclusión

Las criptomonedas ganarán al mejorar la accesibilidad a Internet y hacer que todas las aplicaciones web2 cambien. Esto dará una buena justificación al desarrollo de las criptomonedas.

Para seguir siendo competitivos, los intercambios tendrán que recrearse en la cadena y crear billeteras web para sus bases de usuarios. Las opciones de billetera web deben incluirse en aplicaciones de billetera que estén destinadas a ser ampliamente utilizadas. Las experiencias entre aplicaciones deben estar respaldadas por proveedores de billeteras integradas. En lugar de crear sus propios gráficos sociales, las aplicaciones deberían utilizar los que ya existen.