Las víctimas de FTX pidieron al tribunal que dictaminara que los 8.000 millones de dólares en activos confiscados de FTX pertenecen a los clientes, no al patrimonio de la quiebra.

Argumentaron que el código de quiebras prioriza a ciertos acreedores sobre otros, de modo que los poseedores del token FTT de FTX están casi al final de la lista de prioridades.