Flux es una infraestructura de nube descentralizada que tiene como objetivo respaldar la próxima generación de Internet, específicamente la Web 3.0. Proporciona una red computacional descentralizada y escalable para que los desarrolladores implementen sus aplicaciones. El núcleo de la visión de Flux es crear un ecosistema que ofrezca alto rendimiento y eficiencia sin depender de entidades centralizadas.

Los componentes clave del proyecto Flux incluyen sus servicios en la nube y su gobernanza descentralizada. Flux permite a los usuarios implementar aplicaciones descentralizadas (dApps) y sitios web, ofreciendo una alternativa a los servicios de nube centralizados tradicionales como AWS y Google Cloud. Esto se logra a través de una red de nodos independientes, que proporcionan potencia computacional y capacidad de almacenamiento de manera descentralizada.

El token FLUX es parte integral del ecosistema. Se utiliza para apostar, gobernar y como token de utilidad dentro de la red Flux. Los poseedores de tokens pueden apostar FLUX para proteger la red y ganar recompensas. También participan en la gobernanza, tomando decisiones sobre actualizaciones de protocolos y otras cuestiones críticas a través de mecanismos de votación en cadena. Esto garantiza que el desarrollo y la evolución de la plataforma sean transparentes y estén impulsados ​​por la comunidad.

Además, Flux admite una variedad de aplicaciones DeFi, incluidos préstamos, empréstitos y agricultura de rendimiento. Estas características, combinadas con su interoperabilidad entre cadenas, hacen de Flux una plataforma versátil e integral para finanzas descentralizadas y computación en la nube.

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