¡Déjame contarte una pequeña historia hoy!
Había una vez un granjero pobre que tuvo la suerte de encontrar un ganso mágico. Esta gallina de los huevos de oro es única porque cada día pone un huevo de oro.
El granjero se hizo rico gradualmente y finalmente se mudó a una lujosa mansión.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el granjero desea enriquecerse más rápido. Entonces, decidió matar la gallina y sacar todos los huevos de oro de una vez.
Sin embargo, cuando abrió el vientre de la oca, descubrió que dentro no había ningún huevo de oro, sino una gansa común y corriente. A partir de entonces, el granjero volvió a una vida de pobreza.
Esta historia resalta la importancia de poseer un activo que genere ingresos de manera constante. Por el contrario, liquidar los activos directamente puede no ser la opción más inteligente.
Por ejemplo, si es propietario de una casa que le genera ingresos constantes por alquiler cada mes, podría ser mejor conservar la casa en lugar de venderla directamente por dinero en efectivo.
Para poseer un activo de este tipo, necesitamos invertir una parte de nuestros ingresos. A través de la inversión y acumulación continua, podemos cultivar más "gansos" y obtener más beneficios. Los ricos suelen poseer múltiples propiedades, acciones, fondos y otros activos, lo que les puede aportar un flujo de caja estable.
A medida que empecemos a ser dueños de nuestro propio "ganso", nuestra riqueza se irá acumulando gradualmente. ¡Mientras sigamos trabajando duro, también podremos hacernos ricos!
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