Durante los últimos dos meses, Bitcoin ha estado operando de manera lateral, luego de su reciente repunte que empujó su precio más allá del máximo histórico. Históricamente, las rápidas expansiones de Bitcoin se han correspondido con aumentos significativos en la oferta monetaria global (M2), lo que indica períodos de alta liquidez y fuerte apetito por el riesgo de los inversores. Sin embargo, esta dinámica está ausente en el ciclo actual. A pesar de un ligero aumento de la liquidez global durante el año pasado que benefició a Bitcoin, el cambio interanual en M2 ha vuelto a niveles neutrales a principios de este año.

Actualmente, no hay señales inmediatas que indiquen un aumento de la demanda que pueda hacer subir significativamente los precios. La presión de venta ha disminuido ya que los titulares a largo plazo (LTH) han visto una estabilización de precios en alrededor de $ 60 000, y los titulares a corto plazo (STH) han reducido las ventas debido a la disminución de la rentabilidad.

Dado este contexto, es probable que el mercado mantenga su tendencia lateral hasta que surjan factores desencadenantes que puedan impulsar un movimiento decisivo. La estructura actual del mercado sugiere que existe potencial para un repunte más expresivo dentro de este ciclo. El escenario más probable es que Bitcoin se mantenga dentro de este rango de negociación hasta que surja un entorno macroeconómico más favorable, probablemente centrado en el esperado primer recorte de tipos de interés de Estados Unidos en septiembre. Este entorno podría desencadenar una nueva ola de demanda y un posterior repunte, marcando el pico del ciclo. Los próximos datos de inflación de Estados Unidos, que se esperan para esta semana, son fundamentales y pueden moldear las expectativas del mercado sobre la política monetaria a corto plazo.