China ha comenzado a funcionar este año, con sus fábricas a toda velocidad. Sin embargo, mantener este ritmo podría ser una tarea difícil sin mejoras sustanciales en varios sectores. Este martes se espera que llegue una avalancha de datos oficiales que podrían confirmar si la economía china se está recuperando después de su prolongada caída tras la pandemia.

Las predicciones de una encuesta de Bloomberg apuntan a un aumento del 4,8% en el PIB para el primer trimestre en comparación con el año pasado, lo que alimenta las esperanzas de que el país pueda alcanzar su objetivo de crecimiento del 5% para el año.

Los recientes repuntes en los sectores comercial y manufacturero han llevado a los economistas de las principales instituciones financieras, incluido Goldman Sachs, a elevar sus pronósticos económicos para 2024.

Sin embargo, una caída en las exportaciones de marzo y la fuerte dependencia de la demanda externa subrayan la necesidad apremiante de impulsar el consumo interno, sugieren los expertos.

Fortaleza industrial y uso de energía: indicadores económicos básicos

Cuando se trata de medir la fortaleza económica, la producción industrial y la generación de energía están a la vanguardia. Los informes de la Oficina Nacional de Estadísticas de China y las opiniones de Macquarie Group destacan un repunte significativo en estas áreas.

La producción industrial aumentó a su ritmo más rápido en los primeros dos meses de este año, el más rápido en dos años, con un aumento adicional anticipado del 6% en marzo año tras año.

Este crecimiento de la producción industrial a menudo se refleja en las estadísticas de generación de energía, un indicador crítico debido a las altas demandas energéticas de la industria. Desde que China levantó las restricciones por la COVID-19, ha habido un repunte notable en la producción de energía. Este resurgimiento se ve impulsado por la caída de los precios del carbón, lo que hace que sea más económico para las plantas aumentar la producción, lo que posteriormente impulsó el consumo de energía en los últimos meses.

Desafíos en el mercado inmobiliario

A pesar de las señales positivas en los sectores industriales, el mercado inmobiliario de China sigue teniendo problemas. Las ventas de edificios residenciales se desplomaron un 33% en valor durante el período enero-febrero en comparación con el año anterior, lo que marcó la caída más significativa desde mayo de 2022. Esta desaceleración sugiere que es probable que se produzcan más contracciones en marzo.

Haibin Zhu de JPMorgan Chase enfatiza que las ventas de viviendas nuevas, un indicador crucial del sentimiento del mercado y del potencial de inversión, siguen siendo débiles, lo que indica un posible tercer año consecutivo de contracción en las actividades inmobiliarias. Incluso con regulaciones relajadas destinadas a impulsar la compra de viviendas, se espera que marzo muestre continuas caídas en las inversiones inmobiliarias.

El crecimiento del PIB nominal inicialmente parece sólido hasta que se consideran las corrientes deflacionarias subyacentes que afectan a la economía. El deflactor del PIB (una medida calculada a partir de la diferencia entre las tasas de crecimiento del PIB nominal y real) ha estado disminuyendo, marcando la tendencia a la baja más larga desde 1999. Esta métrica es particularmente preocupante ya que subraya un marcado contraste con las presiones inflacionarias observadas en el Estados Unidos, destacando los desafíos únicos que enfrenta China.

Impulso crediticio y preocupaciones en el mercado laboral

El sector crediticio en China también está mostrando signos de tensión. Los datos de Bloomberg Economics revelan que los nuevos préstamos bancarios aumentaron al ritmo más lento jamás registrado en marzo, y las medidas crediticias más amplias se expandieron a su ritmo más lento hasta la fecha, lo que sugiere una falta de confianza profundamente arraigada en la recuperación económica. Frederic Neumann de HSBC señala que este “ciclo de recuperación sin crédito” podría plantear desafíos importantes para sostener el crecimiento.

El mercado laboral en China es otro área de preocupación, ya que las tasas de desempleo, especialmente entre los jóvenes, siguen siendo altas. A pesar de que algunos sectores informaron aumentos salariales en el primer trimestre de 2024, el escenario general incluye congelaciones salariales y despidos, lo que frena las esperanzas de una rápida recuperación. Sin embargo, el aumento de los salarios en algunos sectores ofrece un resquicio de esperanza, que podría indicar un mercado laboral ajustado y el comienzo de una recuperación económica.