Gran Bretaña está adelantándose a Estados Unidos en el control de la inflación, lo que indica una posible relajación más temprana de las tasas de interés por parte del Banco de Inglaterra (BOE) en comparación con la Reserva Federal de Estados Unidos. Se prevé que los próximos datos del Reino Unido de esta semana confirmen que el índice de precios al consumo (IPC) de marzo ha continuado su trayectoria descendente, mientras que las tasas de desempleo han experimentado un ligero repunte a medida que el país se recupera de la desaceleración económica.

Por el contrario, Estados Unidos informó de un aumento inesperado de la inflación junto con una caída de las tasas de desempleo, lo que sugiere un fortalecimiento económico. Esta marcada diferencia en las trayectorias de recuperación económica puede sentar las bases para que el BOE actúe sobre las tasas de interés antes que la Reserva Federal.

Indicadores económicos y reacciones del mercado

En el Reino Unido, los economistas predicen que la inflación para marzo de 2024 caerá por debajo de la tasa del mes anterior, fijando una cifra prevista inferior a la tasa general de Estados Unidos. Este movimiento a la baja en el IPC es parte de una tendencia positiva más amplia, que lleva a los inversores a valorar casi por completo un recorte de tipos en el Reino Unido para agosto. Mientras tanto, las expectativas de un recorte de tipos en Estados Unidos se han aplazado hasta septiembre después de que datos recientes mostraran señales económicas más fuertes de lo previsto.

Megum Muhic de RBC Capital Markets destacó: "La inflación del Reino Unido ha sorprendido a la baja en los dos últimos datos y creemos que este impulso puede continuar". Sin embargo, la idea de recortes inmediatos de los tipos por parte del BOE es recibida con cautela entre los operadores debido a las persistentes preocupaciones sobre la inflación expresadas por los funcionarios del BOE Catherine Mann, Jonathan Haskel y Megan Greene. Además, la posición dominante del mercado estadounidense infunde cierto nivel de vacilación.

A pesar de estas preocupaciones, algunos analistas de mercado se están volviendo optimistas sobre la nueva dirección del BOE. Dan Hanson y Ana Andrade de Bloomberg Economics señalaron: “El BOE puede resistir la atracción de la Reserva Federal”, señalando que la dinámica inflacionaria única y la efectividad de las políticas pasadas del BOE le otorgan cierta autonomía respecto de las políticas económicas estadounidenses.

Divergencia de políticas entre el Reino Unido y Estados Unidos en las reuniones de primavera del FMI

Las próximas reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington serán una plataforma crucial para discutir estas divergencias. Tanto Jeremy Hunt, Ministro de Hacienda del Reino Unido, como Andrew Bailey, Gobernador del BOE, estarán presentes cuando se publiquen nuevas estadísticas sobre inflación y salarios en el Reino Unido. Se espera que estos muestren una disminución continua en el Reino Unido (hasta el 3,1% en marzo desde el 3,4% en febrero) y un ligero aumento del desempleo, marcando el segundo mes consecutivo de aumento del desempleo.

Sin embargo, en Estados Unidos, la inflación ha aumentado al 3,5% en los últimos dos meses, lo que marca la primera vez desde marzo de 2022 que la tasa de inflación general del Reino Unido ha sido más baja que la de Estados Unidos. Esta tendencia, junto con la expectativa de que la inflación del Reino Unido aumentará caer pronto por debajo del objetivo del 2%, respalda la posición del BOE sobre posibles recortes de tipos.

Además, la caída de los precios de la energía en el Reino Unido, a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos, reducirá aún más la inflación. Se espera que esta reducción de los costos de la energía influya en las tasas de inflación básica, que excluyen artículos volátiles como los alimentos y la energía, lo que eventualmente aliviará las presiones salariales y de precios.

En cuanto a Estados Unidos, el presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, ha indicado que una reducción de las tasas puede retrasarse, lo que requiere una confianza más sólida en que la inflación avanza de manera sostenible hacia el objetivo del 2%. Los datos recientes no han respaldado esta confianza, lo que sugiere una espera más larga para los ajustes de las tasas de Estados Unidos. En cambio, el Banco Central Europeo (BCE) está preparado para un recorte de tipos en junio, esperando que ningún shock geopolítico importante interrumpa este curso.