El panorama regulatorio que rodea a las criptomonedas es complejo y a menudo confuso. A pesar de denominarse "monedas", el Servicio de Impuestos Internos (IRS) las clasifica como propiedad a efectos fiscales. Por otro lado, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) considera que muchas ofertas iniciales de monedas (ICO) son valores sujetos a requisitos de registro. En este artículo, profundizaremos en las definiciones de estos términos y exploraremos sus implicaciones en términos de impuestos y regulación.

Una breve descripción de los activos tradicionales

Varias agencias reguladoras, incluidas el IRS, la SEC y otras, clasifican los activos en diferentes grupos para fines fiscales y regulatorios. Estas definiciones a menudo se basan en la jurisprudencia de la Corte Suprema, como la prueba de Howey para valores, o pueden diferir entre agencias reguladoras. Es fundamental comprender los fundamentos de estos grupos de activos tradicionales antes de profundizar en el mundo de las criptomonedas. Las tres clasificaciones principales de activos financieros son las siguientes:

1. Bienes raíces: Bienes raíces se refiere a terrenos y cualquier estructura o mejora construida sobre ellos o adjunta a ellos. Al comprar una propiedad inmueble, ciertas tarifas y gastos pasan a formar parte de la base del costo de la propiedad, y se aplican reglas y deducciones fiscales específicas.

2. Valores: Los valores incluyen acciones, bonos y otros instrumentos financieros que representan propiedad o endeudamiento. Abarcan acciones, intereses de propiedad efectiva en sociedades y fideicomisos, evidencia de endeudamiento y ciertos instrumentos financieros derivados.

3. Materias primas: Las materias primas abarcan todos los productos negociados en las bolsas de materias primas de Estados Unidos, incluidas las materias primas físicas y los contratos de futuros. Generalmente, las materias primas son materias primas utilizadas en la producción de bienes de consumo.

Sin embargo, el aumento de los criptoactivos ha planteado dudas sobre cómo se aplican estas clasificaciones tradicionales a un número cada vez mayor de activos digitales.

El IRS: Tratar a las criptomonedas como propiedad

Propiedad se refiere a valores, bienes raíces, activos comerciales o cualquier otra forma de activo. Desde una perspectiva fiscal, la propiedad tiene una base de costo que afecta el cálculo de las ganancias o pérdidas imponibles. El IRS considera todas las monedas virtuales, incluidas las criptomonedas, los tokens no fungibles (NFT) y las monedas estables, como "propiedad" a efectos fiscales. El IRS no clasifica las monedas virtuales como "fiduciarias", ya que no son monedas ni papel moneda emitidos por un banco central. En cambio, se las considera "monedas virtuales convertibles", categorizándolas como propiedad.

Como propiedad, las monedas virtuales están sujetas a impuestos sobre la renta y las ganancias de capital. Por ejemplo, los contribuyentes deben pagar el impuesto sobre la renta por cualquier moneda virtual recibida como compensación. Además, deben impuestos sobre las ganancias de capital por cualquier aumento de valor sobre la base de costo del activo. Al igual que las acciones, si compras barato y vendes caro, debes pagar impuestos sobre las ganancias. Sin embargo, la definición amplia de propiedad deja lugar a ambigüedades. Por ejemplo, aún está por verse si los tokens envueltos desencadenan un hecho imponible. Si lo hacen, muchos puentes entre cadenas podrían generar importantes obligaciones fiscales. Aunque el IRS ha proporcionado algunas aclaraciones, los problemas no resueltos han generado incertidumbre y declaraciones de impuestos potencialmente inexactas.

La SEC: identificación de algunos tokens como valores

Los valores son instrumentos financieros fungibles y negociables que representan valor financiero, como acciones o bonos. Las ICO permiten que los proyectos obtengan capital y que los inversores participen en oportunidades de inversión. En consecuencia, la SEC cree que muchas ICO califican como ofertas de valores. La agencia se ha vuelto cada vez más agresiva en la persecución de personas y empresas involucradas en la venta de valores no registrados o en la perpetración de fraude de valores.

La prueba de Howey se utiliza para determinar si una transacción califica como un "contrato de inversión" sujeto a requisitos de divulgación y registro. Según esta prueba, existe un contrato de inversión cuando hay una "inversión de dinero en una empresa común con una expectativa razonable de ganancias derivadas de los esfuerzos de otros". Aplicar la prueba de Howey a las criptomonedas puede resultar un desafío. Por ejemplo, muchos proyectos criptográficos descentralizados pueden carecer de una empresa común o un "nexo" con los demás elementos de la prueba. Además, los mineros normalmente se abstienen de participar en actividades de gobernanza o de elaboración de normas, y los desarrolladores a menudo no están constituidos en sociedad.

La CFTC: Considerando todas las criptomonedas como mercancías

Las materias primas son bienes básicos utilizados en el comercio que son intercambiables con otros bienes del mismo tipo, como el petróleo o el oro. La introducción de los contratos de futuros de Bitcoin introdujo otra autoridad reguladora en la mezcla: la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC). Según la Ley de Bolsa de Productos Básicos, la CFTC afirma que todas las criptomonedas son productos básicos.

Si bien carece de jurisdicción sobre el mercado al contado, la agencia regula los contratos de futuros de Bitcoin. La CFTC también tiene jurisdicción cuando las monedas virtuales están involucradas en contratos de derivados o casos de fraude interestatal. Por ejemplo, la agencia supervisa la regulación de los intercambios de cifrado y garantiza el cumplimiento de los requisitos de presentación de informes. Sin embargo, la CFTC enfrentó importantes críticas tras el colapso de FTX.

Mayor actividad de aplicación de la ley en el horizonte

El colapso de FTX ejerció una presión sustancial sobre los organismos reguladores como el IRS, la SEC y la CFTC para intensificar los esfuerzos de aplicación de la ley y proteger a los inversores y consumidores del fraude.

Además de las demandas presentadas por la SEC, la CFTC y el Departamento de Justicia contra el liderazgo de FTX, en los meses siguientes se tomaron acciones coercitivas contra Nexo, Genesis, Kraken, Paxos, Terraform Labs y otros. A principios de este año, los principales reguladores financieros emitieron una advertencia a las organizaciones bancarias, instando a tener precaución al participar en proyectos criptográficos. La Reserva Federal también rechazó una solicitud de Custodia Bank para unirse al sistema de pagos del banco central.

En consecuencia, las empresas de cifrado pueden encontrar mayores dificultades al realizar transacciones con monedas fiduciarias. El presidente de la SEC, Gary Gensler, se ha convertido en un regulador particularmente activo. Tras la demanda de la SEC contra Ripple, las acciones de ejecución de la agencia tienen como objetivo alinear las empresas de cifrado con los estándares regulatorios aplicados a otras instituciones financieras. La SEC ha perseguido a personas por diversos delitos, incluido el uso de información privilegiada y la promoción de tokens digitales a cambio de una compensación, como el marketing de influencers.

MiCA: una plantilla potencial de Europa

La Ley de Mercados de Criptoactivos (MiCA) en Europa podría servir como modelo para futuros esfuerzos estadounidenses. Esta legislación histórica introduce nuevos requisitos para las plataformas criptográficas, los emisores de tokens y los comerciantes, con el objetivo de mejorar la transparencia y supervisar las transacciones para proteger a los consumidores y al mismo tiempo fomentar un ecosistema criptográfico vibrante. MiCA aborda varias preocupaciones, entre ellas:

1. Las monedas estables deben mantener reservas suficientes para hacer frente a las solicitudes de reembolso en caso de retiros masivos.

2. Las empresas de cifrado deben revelar su consumo de energía y su impacto ambiental.

3. Las bolsas y otras plataformas deben informar a los consumidores sobre los riesgos operativos.

4. Los proveedores pueden ser responsables de la pérdida de los criptoactivos de los inversores. Los expertos prevén que estas nuevas normas entrarán en vigor el próximo año. Mientras tanto, el Congreso y otros organismos reguladores estadounidenses podrían inspirarse en esta legislación al formular sus reglamentos.

En conclusión, el IRS, la SEC y la CFTC clasifican los criptoactivos en varias categorías, lo que afecta significativamente su tratamiento fiscal y regulatorio. Al comprender estas clasificaciones, los comerciantes, inversores, proyectos y empresas de criptomonedas pueden garantizar el cumplimiento y evitar costosas sanciones. Además, las regulaciones internacionales como MiCA ofrecen información sobre posibles desarrollos futuros en el panorama regulatorio.