La primera es la amenaza de huelga de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA), que involucra a 47,000 trabajadores que planean hacer huelga antes de la toma de posesión de Trump, exigiendo medidas de protección contra la automatización. La huelga de tres días del año pasado obligó a los empleadores a ceder en cuestiones salariales; si esta huelga tiene éxito, Trump deberá o bien incumplir su promesa de apoyo a los trabajadores y forzar el fin de la huelga, o enfrentarse a una serie de problemas como retrasos en la entrega de mercancías, aumento de tarifas de envío y pérdidas económicas.
La segunda mina es que Biden planea anunciar la prohibición de la perforación de petróleo y gas en más de 250 millones de hectáreas de aguas en el Pacífico y el Atlántico. Esta medida se basa en una ley federal de 72 años de antigüedad, destinada a proteger las aguas costeras y las comunidades de riesgos. Esta decisión no solo afecta directamente los planes de Trump para expandir la perforación offshore, sino que también protege hábilmente algunas áreas vulnerables, mientras que el crítico Golfo de México no se ve afectado.
Parece que la única persona que puede hacer frente a Trump es Biden.$BTC