Türkiye ha impuesto una ley que exige metadatos para transacciones criptográficas que superen los 425 dólares, con una pena de hasta 25 años de prisión por blanqueo de dinero. A pesar de la controversia, el mercado turco está experimentando un crecimiento significativo y una creciente confianza de los inversores, lo que fortalece su posición a nivel mundial.