La historia de las inscripciones realmente hace que uno reflexione, especialmente al mirar hacia atrás, su propia configuración está destinada a ser un juego lleno de competencia. Lo que se llama "lanzamiento justo", parece descentralizado, pero en realidad es difícil escapar del ciclo de autointereses dentro del campo. Este modelo carece desde el principio de un verdadero capital externo incremental y, en cambio, se ha convertido en un campo de batalla donde los jugadores internos se consumen mutuamente.
En comparación, aunque la era ICO también tenía varios problemas, al menos en ciertos casos, atrajo un capital y atención más amplios, formando un cierto impulso externo. Las inscripciones, por otro lado, dependen demasiado de la "fe interna", lo que finalmente lleva a una dificultad para mantener el consenso. Los mineros siguen siendo mineros, porque las inscripciones no han cambiado su modelo de intereses fundamentales, lo que puede ser una de las razones centrales por las que las inscripciones no han podido continuar.
La esencia de alejarse del capital de riesgo ciertamente presenta contradicciones: sin un fuerte apoyo financiero, es difícil que un proyecto crezca; pero si se depende completamente del capital interno, a menudo es difícil escapar del destino de la sobrecompetencia. Esta historia no solo es una lección de las inscripciones, sino también un experimento y reflexión del entire sector en su búsqueda de nuevos modelos.