Las acciones de Tesla están en una etapa tan descontrolada que podría hacer sonrojar al bitcoin. La valoración de la empresa se sitúa en 1,4 billones de dólares, lo que la sitúa como la octava empresa más valiosa del mundo. Eso es más que el PIB de la mayoría de los países. Pero aquí está la cuestión: la relación precio-beneficio (P/E) a futuro de Tesla es de 131,7. ¿El promedio del S&P 500? Apenas 21,6.

Los analistas dicen que para justificar esta valoración exorbitante en 2025, Tesla necesita algo más que palabras de moda y las payasadas de Elon Musk en Twitter. Tiene que ofrecer resultados reales, empezando por sus ambiciones de taxis robotizados, que ha promocionado durante mucho tiempo. Ah, y no olvidemos su negocio principal, la venta de vehículos eléctricos, que está bajo una presión nunca antes vista.

Robotaxis o fracaso

El futuro de Tesla depende de su capacidad para ofrecer lo último en tecnología: una flota de robotaxis totalmente autónomos. Elon mostró al mundo un adelanto del concepto de robotaxi de Tesla en el evento “We Robot” en octubre, pero fue más un avance que un debut espectacular.

La demostración tuvo lugar en el propio campus de Tesla, y nadie sabe si estos autos podrán soportar el mundo real (o solo el patio trasero de Tesla).

Sin embargo, Stephen Gengaro, de Stifel, ve esperanzas. Con Donald Trump de regreso en la Oficina Oval, la desregulación podría allanar el camino para la tecnología de conducción autónoma de Tesla. Dijo: “La reacción en las acciones desde la elección realmente se debe a este camino más fácil hacia las aprobaciones regulatorias y a la obtención de la aprobación completa y sin supervisión del [FSD]”.

Ventas de vehículos eléctricos bajo presión

Mientras las acciones de Tesla suben, su negocio principal, el de los vehículos eléctricos, está sintiendo la presión. Las ventas de vehículos eléctricos crecieron solo un 3,1% en los primeros nueve meses de 2024. Para ponerlo en contexto, el crecimiento de Tesla fue del 51,4% en 2022. Eso es una caída en picado. Los analistas aún tienen la esperanza de un repunte del 18% en 2025, pero el camino por delante es accidentado.

El plan de la administración Trump de recortar el crédito fiscal federal de 7.500 dólares para vehículos eléctricos no está ayudando. Goldman Sachs afirma que la eliminación del crédito podría estancar la demanda de vehículos eléctricos en Estados Unidos hasta 2040. La empresa espera que los vehículos eléctricos representen el 8,5% de las ventas de vehículos nuevos en 2025, frente a las estimaciones anteriores del 9%.

Pero hay un giro. Deutsche Bank cree que la derogación del crédito fiscal entrante podría desencadenar un frenesí de compras a corto plazo, ya que los clientes se apresurarán a sacar provecho de él antes de que desaparezca. Los analistas de Deutsche Bank escribieron: "Podríamos ver potencialmente un avance a corto plazo en las compras de vehículos eléctricos antes de la eliminación".

Las perspectivas a largo plazo son menos optimistas. Los competidores de Tesla, como Ford y General Motors, dependen en gran medida de esos créditos para seguir siendo competitivos. El propio Elon admitió que, si bien la pérdida del crédito perjudica a Tesla, afecta aún más a los fabricantes de automóviles tradicionales.

El crecimiento global de Tesla depende de China. Deutsche Bank estima que Tesla entregará alrededor de 510.000 vehículos en el cuarto trimestre, la mayoría de ellos provenientes de sus operaciones chinas. Pero para alcanzar los objetivos de crecimiento interanual, Tesla necesitaría entregar 515.000 unidades, un déficit que podría mantener en vilo a los inversores.

China también es una potencia manufacturera. Cualquier contratiempo en las operaciones de Tesla en China podría repercutir en su cadena de suministro global y sus flujos de ingresos.

La carta de Trump de Elon

La estrecha relación de Elon con Trump está demostrando ser el arma secreta de Tesla. Elon ha sido nombrado codirector del Departamento de Eficiencia Gubernamental, también conocido como “DOGE” (sí, es un guiño a la moneda meme). Según se informa, la administración Trump está considerando eliminar ciertos requisitos de notificación de accidentes automovilísticos, una medida que Elon ha impulsado durante mucho tiempo.

Esta alianza no se limita a reducir la burocracia. Elon donó 277 millones de dólares a la campaña de Trump, consolidando así su alianza. Si esta relación se mantiene, Tesla podría beneficiarse de políticas que aceleren sus objetivos de robotaxi y FSD.

Pero es un arma de doble filo. Políticas como los aranceles a las importaciones de China, México y Canadá podrían perjudicar los resultados de Tesla.

Incluso con todos estos factores favorables, la valoración de Tesla parece inflada. Goldman Sachs tiene un precio objetivo de 345 dólares por acción, un 21% por debajo de su nivel actual. Casi la mitad de los analistas encuestados por FactSet califican la acción como una “compra”, pero el 30% se mantiene neutral.

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