En 2024, se produjo un giro irónico de los acontecimientos. Trump hizo del apoyo a la innovación criptográfica una política de campaña importante y prometió crear un entorno regulatorio más amigable para la industria criptográfica. Su compañero de fórmula, el senador de Ohio J.D. Vance, es un poseedor de Bitcoin y ha estado a la vanguardia de la innovación criptográfica durante muchos años. Ganaron estas elecciones presidenciales en una situación arrasadora. Hace treinta y tres años, cuando Biden propuso el proyecto de ley S.266, pensó que estaba defendiendo el orden. Pero la historia siempre está llena de ironía: fue este proyecto de ley el que se convirtió en la mecha de una revolución que cambió la civilización humana. Ahora, está a punto de entregar la presidencia a un sucesor que apoya las criptomonedas. Este giro se produjo de forma tan natural: cuando una revolución finalmente gana, incluso los antiguos oponentes tienen que admitir su valor. Pero para los cypherpunks, ganar la aprobación del gobierno nunca ha sido el objetivo final. Como dijo Satoshi Nakamoto en ese momento, Bitcoin es una herramienta que permite a todos obtener soberanía financiera. La actitud del gobierno es sólo una señal en el camino, que da testimonio de cómo la tecnología criptográfica ha pasado de ser un movimiento clandestino a una vida de masas, y cómo ha evolucionado desde un experimento técnico a una fuerza que cambia el mundo.$BTC

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