A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos, surge una tendencia sorprendente: un número cada vez mayor de estadounidenses adinerados planean mudarse al extranjero. Este “éxodo de la riqueza” refleja las crecientes preocupaciones por la polarización política, el malestar social y los posibles cambios de políticas en Estados Unidos.
A continuación, desglosamos los factores que impulsan esta migración, los posibles impactos económicos en Estados Unidos y las implicaciones para los mercados globales, en particular las acciones y las criptomonedas.
¿Por qué los estadounidenses ricos se están yendo?
• Incertidumbre política: temores sobre la inestabilidad interna y los cambios en las políticas, especialmente en torno al aumento de impuestos.
• Búsqueda de estabilidad y seguridad: Países como Portugal, Nueva Zelanda y Singapur ofrecen estabilidad y atractivos beneficios fiscales, con programas de inversión que otorgan residencia para compromisos financieros importantes.
• Movilidad global: cada vez más, se considera que la riqueza no tiene fronteras y muchas personas con un alto patrimonio consideran la residencia global como un activo esencial.
Impacto económico en los EE.UU.
• Pérdida de ingresos fiscales: el 1% de los estadounidenses con mayores ingresos aporta casi el 40% de los impuestos federales. Su salida podría reducir la financiación pública crucial para infraestructura y servicios.
• Reducción del gasto local y la filantropía: los estadounidenses adinerados son contribuyentes clave en el sector inmobiliario, los negocios locales y las organizaciones benéficas. Ciudades como Nueva York y San Francisco podrían ver disminuidas las donaciones y las inversiones empresariales.
• Impacto en el mercado laboral: Muchas personas ricas también poseen empresas; su salida podría significar menos empleos a nivel nacional, especialmente en industrias que requieren alta calificación.
Repercusiones en el mercado de valores
• Disminución de la liquidez: los inversores con un alto patrimonio neto aportan liquidez esencial en sectores como la tecnología y la atención sanitaria. Su retirada podría provocar un aumento de la volatilidad y correcciones específicas del sector.
• Competencia global por el capital: si las inversiones estadounidenses fluyen hacia mercados extranjeros, las empresas con sede en Estados Unidos pueden tener dificultades para atraer el mismo nivel de capital, lo que potencialmente afectaría la innovación y la competitividad.
Criptomonedas: ¿El nuevo refugio seguro?
• Demanda creciente de activos digitales: las criptomonedas, conocidas por su naturaleza descentralizada, atraen a quienes buscan seguridad financiera más allá de las fronteras. Los estadounidenses con un alto patrimonio neto recurren cada vez más a Bitcoin y Ethereum como activos de cobertura.
• Servicios de custodia offshore: Países como Suiza y Singapur están experimentando un aumento en la demanda de custodia de criptomonedas, lo que podría cambiar el equilibrio de la influencia global de las criptomonedas lejos de Estados Unidos.
• Mayor volatilidad del mercado: a medida que las criptomonedas a gran escala, como $BTC y $ETH holdings, se trasladan al exterior, las bolsas con sede en EE. UU. podrían experimentar una liquidez reducida, lo que llevaría a oscilaciones de precios más amplias.
¿Una nueva era de riqueza sin fronteras?
La partida de los estadounidenses ricos puede marcar un cambio hacia una élite con mayor movilidad global, lo que pondría en entredicho los conceptos tradicionales de ciudadanía y lealtad nacional. Ahora que los ricos se ven cada vez más como “ciudadanos globales”, ¿deberían los gobiernos repensar las políticas que involucran o retienen a este segmento de la sociedad?
En un mundo donde la riqueza y las personas se mueven libremente a través de las fronteras, ¿cómo pueden los países fomentar un sentido de pertenencia y lealtad entre sus ciudadanos más móviles y poderosos?