En su primera entrevista desde su liberación, CZ compartió sus percepciones sobre su difícil tiempo dentro de una prisión estadounidense. Admitió que construir relaciones era vital para la supervivencia en un entorno así, ya que el aislamiento podría hacer que todo fuera mucho más difícil. Su historia revela que incluso en las circunstancias más difíciles, se pueden encontrar amistades significativas. Curiosamente, algunos guardias de la prisión lo reconocieron como una figura conocida en el mundo de las criptomonedas e incluso le pidieron consejo. Sin embargo, CZ explicó que no tuvo acceso a información del mercado ni a recursos de red mientras estaba dentro.

A pesar de las dificultades, CZ logró formar amistades con otros reclusos, muchos de los cuales habían sido condenados por delitos menores, pero seguían siendo amables y accesibles. Un recluso que le dejó una profunda impresión fue Michael, un hombre que había pasado más de dos décadas en prisión por un delito menor relacionado con el cannabis, algo que ahora es legal. Admirablemente, durante su tiempo en prisión, Michael había buscado educación y crecimiento personal, incluso obteniendo un título universitario y manteniendo una sed de conocimiento. Esta resiliencia dejó a CZ inspirado.

CZ también destacó las limitaciones tecnológicas que enfrentó en prisión, como el acceso restringido a computadoras con solo breves sesiones de 15 minutos y la falta de características básicas como copiar y pegar. Esto significaba que incluso pequeñas ediciones requerían volver a escribir pasajes enteros, lo que aumentaba la dificultad y el consumo de tiempo. Estos desafíos hicieron que CZ respetara aún más la dedicación de sus compañeros reclusos para buscar educación y desarrollo personal.

Mirando hacia atrás, CZ sintió que aprendió lecciones invaluables de esta experiencia. No solo se sintió afortunado de haber evitado daños físicos, sino que también aprendió a apreciar las cosas simples y a conectarse con las personas que conoció en un entorno tan duro.