¡El pensamiento de inversión a largo plazo viene con requisitos previos!
El tiempo nos enseña que el mayor milagro de la vida es pensar a largo plazo. Como dijo una vez Warren Buffett, la vida es como hacer rodar una bola de nieve y la clave es encontrar nieve húmeda y una colina larga. Esto proporciona una interpretación vívida del concepto de pensamiento a largo plazo.
Cuando se trata de gestionar el patrimonio familiar, el pensamiento a largo plazo suele centrarse en los beneficios a largo plazo, especialmente cuando se trata de inversiones en el mercado de capitales. Es un viaje destinado a surcar las olas de la volatilidad. Sólo cuando se extiende el horizonte lo suficiente se puede presenciar un panorama de retornos dramáticamente diferente.
Por tanto, hablar del llamado pensamiento a largo plazo significa estar preparado. Puede significar no ver retornos hoy, mañana o pasado, pero tal vez sólo en el futuro.
Para lograrlo, no sólo se requiere paciencia sino también una billetera bien acolchada.
Por el contrario, no deberíamos convertir inadvertidamente dinero de corto plazo en dinero de largo plazo. Hacerlo puede provocar un cambio de mentalidad y un aumento de la ansiedad, lo que afectará nuestras acciones.