En 2013, un estudiante llamado Jeremy Gardner compró algo de Bitcoin solo por diversión y lo guardó en una billetera digital en su viejo teléfono. No pensó mucho en ello y pronto olvidó por completo la billetera. Avancemos a 2017—el precio del Bitcoin había aumentado, y Jeremy se dio cuenta de que el Bitcoin en su viejo teléfono ahora valía una cantidad sustancial.
Emocionado, buscó por todas partes el teléfono, pero cuando finalmente lo encontró... estaba completamente muerto. Intentó todo lo que pudo para resucitarlo, pero el teléfono ni siquiera encendía. Incluso consideró pagar a un experto en tecnología para recuperarlo, pero el costo era enorme. Al final, tuvo que aceptar que su Bitcoin olvidado estaba perdido, atrapado para siempre en un cementerio digital.
¿Moral de la historia? Siempre carga tus viejos teléfonos... ¡por si acaso están guardando una fortuna en Bitcoin!