$BNB En un pueblo lejano, vivía un hombre sabio llamado Khalid. Khalid era conocido por su sabiduría y profundo silencio, ya que aconsejaba a la gente sin hablar mucho. Tenía una pequeña tienda donde vendía leña y carbón, y un día un joven entusiasta se acercó a él queriendo tener éxito y ser rico rápidamente.

El joven le dijo a Khalid: "Quiero ser como la gente rica de la ciudad, poseerlo todo y vivir una vida cómoda. ¿Cómo puedo lograrlo?".

Khalid sonrió y le dio una bolsa llena de piedras y le dijo: "Toma esta bolsa y ve a la montaña, recoge leña mientras llevas las piedras en la bolsa. Pero hay una condición: cuando encuentres un trozo de leña grande y de alta calidad, debes deshacerte de algunas piedras".

El joven se sorprendió, pero decidió confiar en la sabiduría de Khalid. Subió a la montaña y comenzó a recoger leña. Al principio, llevaba piedras y encontraba pequeños trozos de leña, pero con el tiempo se dio cuenta de que la bolsa le pesaba y le hacía más lento. Cuanto más piedras se deshacía de ellas, mejor se volvía su habilidad para recoger leña. Al final del día, tenía mucha leña buena y una bolsa ligera.

El joven se volvió hacia Khaled y le dijo: "Ahora entiendo, estabas simbolizando que cuanto más me deshago de las cargas adicionales y las preocupaciones innecesarias, más cerca estoy de mi objetivo. El éxito no consiste sólo en ganar dinero, sino en deshacerse de lo que se interpone en el camino".

Khaled volvió a sonreír y le dijo: "La verdadera sabiduría no está en lo que recoges, sino en lo que regalas".

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