El cofundador de Ethereum, Vitalik Buterin, compartió recientemente un plan innovador para una ciudad que se construiría como un híbrido que envolvería los principios de la democracia, el capitalismo y la descentralización.
Su comentario se produjo durante las respuestas a una publicación en Farcaster, la plataforma de redes sociales preferida de la luminaria de las criptomonedas.
Fuente: Vitalik Buterin.
Ciudades con fines de lucro
El tema en cuestión era la idea de “ciudades con fines de lucro”, algo que evoca la imagen de “Walmartopia” o “Teslaville”, pero que en realidad trataría la gobernanza de la ciudad como una rama de la empresa.
En respuesta a la pregunta de si las ciudades deberían “ser instituciones con fines de lucro o de bien público”, Buterin abogó por un enfoque híbrido:
“Queremos que la infraestructura pública funcione bien para todos los niveles de ingresos, queremos que las ciudades sean una suma positiva para la nación y el mundo, tenemos valores humanitarios, no queremos que el problema de las personas sin hogar se ‘solucione’ con ‘darles billetes de autobús de ida a otras ciudades’”.
En la visión utópica de Buterin, los ciudadanos tendrían mayor acceso a “activos” que les otorgarían privilegios de “gobernanza”, mientras que los terratenientes verían una disminución en sus participaciones junto con un aumento en los impuestos.
“El argumento es que esto crea una mejor alineación de incentivos con el éxito de toda la ciudad”, escribió Buterin. Agregó que “los impuestos sobre el valor del terreno en particular le dan al gobierno los mejores incentivos para afectar lo que pueden cambiar (bienes públicos locales, que afectan el valor del terreno), mientras que dejan el valor total de todo lo que se construya en el terreno en manos del propietario local, que es quien puede afectarlo”.
La visión de Buterin se asemeja mucho a un esquema de organización autónoma descentralizada, acompañado de impuestos e incentivos a las ganancias. Según la teoría política, esto socializaría efectivamente el proceso democrático y, al mismo tiempo, establecería (o mantendría) un status quo capitalista.