En una reciente entrevista en el podcast “Back to the People”, Luke Gromen, un reconocido analista macroeconómico, realizó un crudo análisis de la economía estadounidense. En una conversación con Nicole Shanahan, abogada estadounidense y compañera de fórmula de Robert F. Kennedy Jr. para vicepresidente, Gromen describió los graves desafíos que enfrenta la economía estadounidense, desde la inminente crisis de la deuda hasta los efectos a largo plazo de la inflación.

1. La crisis de la deuda: una amenaza inminente e inevitable

El análisis de Gromen sobre la crisis de la deuda estadounidense constituye la piedra angular de su análisis. Advierte que Estados Unidos está al borde de una espiral de deuda, un escenario en el que los pagos de intereses del gobierno sobre su deuda superan sus ingresos, lo que conduce a una espiral económica descendente de la que es difícil escapar. Esta situación se ve agravada por décadas de mala gestión fiscal, caracterizada por un endeudamiento incesante y la incapacidad de abordar los déficits estructurales.

Gromen describe una imagen gráfica de la situación actual, explicando que el “gasto real de intereses” del gobierno de Estados Unidos –que incluye prestaciones como la Seguridad Social, Medicare y Medicaid, junto con los intereses brutos de la deuda nacional– representa hoy casi el 100% de los ingresos federales. Esto significa que casi todos los ingresos del gobierno se están destinando a estas obligaciones, lo que deja poco margen para otros gastos críticos.

“Estamos al borde de una espiral de deuda en Estados Unidos de América, y eso es un problema para todos los demás”, advierte Gromen. Las consecuencias son nefastas. Si Estados Unidos entrara en recesión, la situación podría empeorar rápidamente, ya que los ingresos fiscales disminuirían y el gobierno se vería obligado a endeudarse aún más para cubrir sus obligaciones.

Gromen utiliza una analogía sorprendente para ilustrar el impacto potencial sobre los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que durante mucho tiempo se han considerado una inversión “segura”. “Vas a recuperar cada centavo que tengas en bonos del Tesoro, pero el dinero que gastes en ellos pasará de comprarte un collar de diamantes a uno de circonitas cúbicas o a comprarte unos caramelos de chocolate que solías hacer para tu madre en Navidad cuando estabas en primer grado”, afirma. “Eso es lo que van a hacer los bonos del Tesoro, y así es como funcionan estas cosas”.

Esta analogía pone de relieve la erosión del poder adquisitivo que podría resultar de la inflación persistente y de los desafíos económicos más amplios que enfrenta la economía estadounidense. Para los baby boomers, que tienen una parte importante de su riqueza en bonos del Tesoro, esto podría significar que sus ahorros no durarán tanto como habían previsto, lo que los obligaría a asumir el costo de su atención médica y otras necesidades de maneras que no habían planeado.

Gromen también señala que Estados Unidos ya enfrenta perturbaciones en el mercado de bonos del Tesoro, que podrían obligar a la Reserva Federal a intervenir comprando bonos del Tesoro o recortando las tasas de interés. Sin embargo, tales acciones probablemente alimentarían la inflación, erosionando aún más el valor de los bonos del Tesoro y del propio dólar.

2. La ilusión del pleno empleo

Gromen cuestiona la creencia generalizada de que Estados Unidos está cerca del pleno empleo. Si bien las cifras oficiales pueden sugerir que el mercado laboral es sólido, Gromen sostiene que estas cifras no reflejan el verdadero estado del mercado laboral. Señala que muchos estadounidenses están subempleados, trabajan a tiempo parcial cuando necesitan trabajo a tiempo completo o tienen varios empleos sólo para llegar a fin de mes.

Además, la tasa oficial de desempleo no tiene en cuenta a quienes han abandonado por completo la fuerza laboral. Gromen destaca que los ingresos fiscales de Estados Unidos se han mantenido estables en los últimos dos años, a pesar de los informes sobre el crecimiento del empleo. Este estancamiento de los ingresos fiscales sugiere que la calidad de los empleos puede no ser tan alta como indican las cifras de empleo.

“Si las cosas fueran increíbles, no estaríamos en el mismo nivel de recaudación de impuestos que hace dos años”, explica Gromen. Esta discrepancia indica que muchos estadounidenses no están experimentando los beneficios de un mercado laboral supuestamente fuerte, lo que pone en duda la salud general de la economía.

3. El dilema de la Reserva Federal

El papel de la Reserva Federal en la gestión de la economía es fundamental, y Gromen analiza los desafíos que enfrenta en el entorno actual. El mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos, que sustenta la estabilidad financiera mundial, está mostrando señales de tensión. Si el mercado comienza a tambalearse, la Reserva Federal puede verse obligada a intervenir para evitar un colapso económico más amplio.

Sin embargo, Gromen advierte que las opciones de la Fed son limitadas. Si interviene con demasiada agresividad, recortando las tasas de interés o reanudando la flexibilización cuantitativa (QE), corre el riesgo de reavivar la inflación. Por otro lado, si hace muy poco, podría permitir que el mercado de bonos del Tesoro se desestabilice, lo que llevaría a una crisis financiera.

“El hecho real aquí es que la Fed va a tener que recortar las tasas porque el gobierno estadounidense no puede hacer sus pagos de intereses a menos que la Fed recorte las tasas, debilite el dólar o reanude la flexibilización cuantitativa”, explica Gromen. Esta situación coloca a la Fed en una posición difícil, ya que cualquier acción que tome podría tener consecuencias negativas significativas para la economía.

4. Inflación: un arma de doble filo

La inflación es una preocupación importante y Gromen describe las posibles consecuencias de las acciones de la Reserva Federal. Sostiene que Estados Unidos puede verse obligado a elegir entre dos malas opciones: aceptar una inflación más alta o enfrentar una crisis financiera grave.

La inflación erosiona el valor del dinero, encarece los bienes de uso diario y reduce el poder adquisitivo de los consumidores. Sin embargo, Gromen sugiere que permitir que la inflación aumente puede ser la única manera de reducir el valor real de la deuda nacional, que se ha disparado hasta niveles insostenibles.

“La situación fiscal es tan mala que la única salida es un período muy breve de inflación extremadamente alta, en el que básicamente se aplaste el valor real de los bonos y el valor real de los jubilados con ingresos fijos”, afirma Gromen. Si bien este enfoque podría ayudar a estabilizar la economía en el corto plazo, tendría un costo significativo para los ahorradores y los jubilados, en particular aquellos que dependen de ingresos fijos.

5. La intratabilidad de los derechos

Los derechos sociales, como la Seguridad Social y Medicare, representan una parte importante del presupuesto de Estados Unidos y son políticamente sensibles. Gromen y Shanahan analizan la dificultad de recortar estos programas, en particular teniendo en cuenta las expectativas de los baby boomers, que son un grupo demográfico grande y políticamente poderoso.

Gromen sugiere que, si bien las generaciones más jóvenes pueden estar más abiertas a repensar los derechos sociales, los baby boomers se resisten a cualquier reducción de los beneficios. “Los baby boomers van a pagar por su atención médica de una manera u otra”, dice, enfatizando que el sistema actual es insostenible y probablemente requerirá cambios significativos en el futuro.

6. Posibles soluciones: inflación o impuesto a la riqueza

Para abordar la crisis fiscal, Gromen analiza varias soluciones posibles. Una opción es una devaluación significativa del dólar mediante la revaluación del oro, lo que podría ayudar a reducir la deuda nacional. Sin embargo, este enfoque probablemente conduciría a un período de inflación extremadamente alta, con importantes consecuencias negativas para los ahorristas y los jubilados.

Otra opción que se está considerando es un impuesto único sobre el patrimonio de los estadounidenses más ricos, que podría ayudar a reducir el déficit. Sin embargo, Gromen reconoce que sería políticamente difícil de implementar, ya que los ricos probablemente se resistirían a una medida de ese tipo.

7. Consideraciones geopolíticas

Gromen también analiza las implicaciones globales de la crisis fiscal estadounidense. Señala que los bancos centrales extranjeros han estado reduciendo sus tenencias de bonos del Tesoro estadounidense y aumentando sus reservas de oro. Este cambio sugiere una pérdida de confianza en el dólar como moneda de reserva mundial.

Desde 2014, los bancos centrales mundiales han vendido bonos del Tesoro estadounidense en términos netos, lo que ha supuesto un aumento de entre 500.000 y 600.000 millones de dólares en reservas de oro. Esta tendencia pone de relieve las crecientes preocupaciones de los actores financieros internacionales sobre la sostenibilidad de la deuda estadounidense y el futuro del dólar.

8. El futuro de la política económica de Estados Unidos

De cara al futuro, Gromen predice que la Reserva Federal se verá obligada a recortar significativamente las tasas de interés para abordar la crisis fiscal. Sugiere que esta es la única opción políticamente viable que queda, dada la dificultad de recortar los derechos sociales o el gasto en defensa. Sin embargo, esta medida probablemente conduciría a una mayor inflación, erosionando aún más el valor del dólar y los bonos del Tesoro.

“Cada vez que hemos tenido una crisis en mi carrera profesional, hemos tenido la opción de hacer algo difícil o algo fácil, y hemos tocado el botón fácil. Ahora, ya no queda ningún botón fácil”, reflexiona Gromen, subrayando la gravedad de la situación económica actual.

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