Tres malos hábitos de los especuladores de divisas:
Primero: perseguir ciegamente el ascenso
Ver el aumento del precio de la moneda es como oler el aroma de la barbacoa y apresurarse con impaciencia. Como resultado, todavía no he comido la carne y ni siquiera puedo morder los huesos. Esta búsqueda desesperada de ganancias es como correr a una cena de lujo en pijama: parece asustado y sin preparación.
Segundo: pánico y corte.
Cuando el precio de la moneda baja, es como ver un gran monstruo aparecer repentinamente debajo de la cama, e inmediatamente te mueres de miedo, abandonas tu armadura, te cortas el cuerpo y huyes. Incluso si aparece un salvador en el mercado, no lo considerará, por temor a no quedarse con nada al final. Este tipo de operación es como sacar un diente. Está claro que todavía hay esperanza, pero el diente se arranca de raíz.
Tercero: operación emocional
Si pierdes un poco, llorarás por todos lados, insistiendo en aguantar hasta el último momento o si caes un poco, cubrirás tu posición, y el resultado será que cuanto más cubras, más cubrirás; cubrir. Incluso si estás atrapado durante mucho tiempo, huirás tan pronto como salgas de la trampa y te pierdas el buen mercado. Este tipo de manipulación emocional es como llorar, causar problemas y ahorcarse en el amor. El final está destinado a ser infeliz.