El ámbito cada vez mayor de la inteligencia artificial generativa (IA) y los servicios asociados está alimentando las preocupaciones sobre el impacto ambiental de las grandes tecnologías. Una mirada más cercana revela una verdad sorprendente: las principales empresas de tecnología como Amazon generan significativamente más emisiones de dióxido de carbono anualmente que toda la minería de Bitcoin combinada.

Calcular la huella de carbono precisa de Bitcoin es una tarea compleja. La naturaleza descentralizada de las operaciones mineras dificulta el seguimiento de los datos del consumo global de energía. Sin embargo, los investigadores han desarrollado métodos para estimar el impacto ambiental de Bitcoin.

Un estudio realizado por la Universidad de las Naciones Unidas estimó que la red mundial de minería de Bitcoin consumió la asombrosa cifra de 173,42 teravatios hora (TWh) de electricidad entre 2020 y 2021. Este consumo de energía es equivalente al de una nación como Pakistán, lo que genera preocupaciones sobre la sostenibilidad.

Otro estudio situó la huella de carbono anual de Bitcoin en aproximadamente 65,4 megatoneladas de CO2 (MtCO2), comparable a las emisiones de todo el país de Grecia. Estas cifras han alimentado las críticas sobre el impacto ambiental de Bitcoin y su potencial para superar su valor económico.

Si bien la huella de Bitcoin genera preocupación, surge una perspectiva diferente al compararlo con las principales empresas de tecnología. Amazon, por ejemplo, informó haber generado 71,54 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono en 2021. Esta cifra eclipsa las emisiones estimadas de Bitcoin de 65,4 millones de toneladas métricas para el mismo año.

Agregar a Google y Microsoft a la ecuación amplifica aún más la disparidad. Google informó 14,3 millones de toneladas de emisiones de carbono para 2023, mientras que Microsoft emitió 15,3 millones de toneladas. La combinación de estas cifras supera la marca de los 100 millones de toneladas, superando las emisiones estimadas de Bitcoin incluso sin considerar la contribución de Apple o el crecimiento potencial de Amazon.

Es importante reconocer las limitaciones de comparar directamente las emisiones reportadas por las empresas con las cifras estimadas para Bitcoin. Sin embargo, los datos sugieren que la huella de carbono de las Big Tech supera significativamente la de la minería de Bitcoin.

Suponiendo que los centros de datos para la inteligencia artificial, la computación en la nube y la minería de Bitcoin compartan demandas de energía y emisiones de carbono similares, los datos pintan un panorama convincente. Es probable que las principales empresas de tecnología de EE. UU. hayan generado más emisiones de carbono desde 2019 que todas las operaciones mineras globales de Bitcoin durante toda la existencia de la criptomoneda.

La creciente importancia de la IA y las grandes tecnologías requiere un debate crítico sobre el impacto ambiental. Si bien el consumo de energía de la minería de Bitcoin es una preocupación, el problema más importante podría residir en las prácticas ávidas de datos de las principales empresas de tecnología. El futuro de la innovación debe priorizar la sostenibilidad, lo que exige que tanto los gigantes tecnológicos como la industria de la inteligencia artificial desarrollen soluciones que minimicen su huella ambiental.