Anteayer, el mercado financiero parecía haber quedado encantado y protagonizado un drama apasionante. El discurso del presidente de la Reserva Federal, Powell, sacudió a todo el mercado como un trueno, provocando violentas fluctuaciones.

Powell subió al podio con una postura tranquila y sus palabras revelaron un poder que no puede subestimarse. Primero anunció que la Reserva Federal había logrado logros significativos en la lucha contra la inflación. Esta noticia fue como una brisa primaveral que soplaba en la cara, inyectando una dosis de vitalidad al mercado. Sin embargo, luego cambió bruscamente de tono y enfatizó que antes de adoptar una política monetaria laxa, debe tener suficiente confianza para garantizar que la inflación pueda volver a caer suavemente al rango objetivo cercano al 2%.

Tan pronto como salió esta declaración, el sentimiento del mercado de repente se puso tenso. Aunque las palabras de Powell no fueron dichas directamente, fueron como la espada de Damocles que pendía sobre las mentes de los inversores, lo que hacía difícil ignorar el profundo significado detrás de ellas. Predijo que la tasa de inflación de Estados Unidos podría rondar el 2,5% durante el próximo año. Esta predicción sin duda será un jarro de agua fría para los inversores que esperan ansiosamente un mayor recorte de las tasas de interés.

Cuando se le preguntó si la Reserva Federal recortaría los tipos de interés en septiembre, la respuesta de Powell hizo que los latidos del mercado se aceleraran hasta el límite. Respondió con una actitud casi zen: "En cuanto a la fecha específica, no puedo dar una respuesta exacta en este momento". Esta frase fue como una piedra arrojada a un lago tranquilo, provocando ondas en todo el mercado. y especulación.

Sin embargo, justo cuando la atmósfera del mercado era tan tensa que casi se solidificó, las acciones estadounidenses completaron su "contraataque" de una manera sorprendente. Después de experimentar una breve corrección, el índice Nasdaq y el índice S&P 500 rápidamente revirtieron su caída y pasaron de negativo a positivo. A las 23:00 horas de la noche, hora de Beijing, los dos principales índices habían logrado aumentos del 0,28% y del 0,08% respectivamente, como para anunciar al mundo que habían superado con éxito la "prueba de resistencia" de Powell.

En marcado contraste con la escena jubilosa en el mercado de valores estadounidense, el mercado de divisas digitales cayó en un silencio gélido. La ambigua declaración de Powell fue como una repentina gota de agua helada, extinguiendo por completo el entusiasmo y las esperanzas de los inversores en el círculo monetario. Les preocupa que los ajustes de la política monetaria de la Fed tengan un impacto adverso en el mercado de divisas digitales, por lo que han optado por vender sus activos para evitar riesgos.