Ésta es la situación actual. Los indicadores que son simples e intuitivos suelen ser los más eficaces. Cuando los indicadores son demasiado complejos y engorrosos, pueden enviar señales contradictorias: algunos muestran alcistas y otros, bajistas.

Esto hace posible que las personas que analizan métricas seleccionen puntos de datos que respalden sus sesgos preexistentes, avanzando así con firmeza por un camino que puede ser correcto o no, sin lugar a dudas.

Esta dependencia excesiva de las llamadas métricas “objetivas” es en realidad una presunción peligrosa. Tener demasiada confianza en su propio juicio puede ignorar las tendencias reales del mercado y otras señales importantes, lo que en última instancia conduce a graves errores de inversión.