Exfuncionario de la Casa Blanca advierte que Estados Unidos está al borde del desastre financiero
En sólo 30 días, la deuda nacional de Estados Unidos aumentó en 215.650 millones de dólares.
Según nuevos datos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, la deuda nacional aumentó de 34.534.845.450.747 dólares el 15 de mayo a 34.750.498.829.987 dólares el 15 de junio.
Hasta el mes pasado, los intereses pagados por la deuda ya habían excedido la cantidad gastada en defensa, atención médica y Medicaid, y más que la cantidad gastada en veteranos, educación y transporte combinados.
En un nuevo artículo para el Instituto Estadounidense de Investigación Económica, Vance Ginn, exdirector adjunto de política económica de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca en 2019-20, sostiene que Estados Unidos está “al borde de un precipicio fiscal”.
“Estas cifras no son sólo números, sino que representan una carga inminente que soportarán las generaciones futuras, una carga que va más allá de la mera política financiera y de la responsabilidad ética. La gravedad de esta deuda se ve agravada por los pagos de intereses que requiere, que han aumentado a más de 1 billón de dólares al año, superando el gasto de defensa nacional del país.
Esta situación ilustra un escenario preocupante en el que un gobierno, para gestionar su deuda, recurre a emitir más deuda, una práctica que es insostenible según cualquier estándar de buena elaboración de presupuestos. Las consecuencias económicas de este ciclo de deuda son profundas y conducen a tasas de interés más altas, probablemente a una inflación más alta y a una mala asignación de recursos que suprimen la actividad productiva del sector privado”.
No sólo será difícil evitar aumentar los impuestos a la clase media, sino que Ginn advierte que en los próximos diez años, millones de estadounidenses probablemente se verán obligados a renunciar a sus beneficios a medida que los programas quiebren.
Citando a Rahm Emanuel, ex jefe de gabinete del presidente Barack Obama, Ginn pide no dejar que la crisis "se desperdicie".
“A medida que enfrentamos esta agitación fiscal, los límites al gasto discrecional y el techo de deuda que expirará en 2025 añaden complejidad a un entorno fiscal que ya es desafiante. Estados Unidos corre el riesgo de enfrentar una grave crisis presupuestaria sin una reforma reflexiva, especialmente en los llamados "programas de prestaciones sociales" como la Seguridad Social y Medicare, que consumen una gran parte del presupuesto federal. Es necesario abordar estas áreas, ya que ambas esencialmente irán a la quiebra durante la próxima década y millones de beneficiarios enfrentarán importantes recortes de beneficios.
Ante todos estos desafíos, las reglas fiscales y monetarias son de suma importancia”.
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