Danielle DiMartino Booth, conocida pronosticadora de Wall Street y directora ejecutiva de QI Research, emitió una severa advertencia sobre la inminente ola de quiebras corporativas en Estados Unidos.

Citando datos de S&P Global, señaló que el número de quiebras de grandes empresas ha aumentado considerablemente. El número de quiebras en Estados Unidos aumentó un 88% en abril de 2023. Este aumento es el récord mensual más alto de quiebras en los últimos 12. meses, lo que indica que muchas empresas están luchando bajo la presión del aumento de las tasas de interés y las condiciones financieras más estrictas.

Booth señaló específicamente que nueve empresas con activos por valor de 50 millones de dólares o más se habían declarado en quiebra en el primer semestre de este año. El ritmo de quiebras de grandes empresas es el más rápido desde el pico durante la pandemia de coronavirus. De cara al futuro, predice que el número de quiebras podría aumentar a 25 a finales de junio, superando el récord más alto durante el período epidémico.

El impacto de la quiebra se extiende más allá de los balances corporativos y afecta al mercado laboral en general. Booth señaló que durante el año pasado se perdieron aproximadamente 1 millón de empleos a tiempo completo, lo que refleja desafíos potenciales a la capacidad de la economía para sostener el crecimiento del empleo. Los datos también mostraron que la tasa de desempleo de Estados Unidos aumentó al 4% en mayo.

Booth cree que las crecientes quiebras corporativas podrían tener un efecto desinflacionario, reduciendo los ingresos al aumentar el desempleo y las quiebras empresariales. Estas presiones económicas podrían frenar las tendencias inflacionarias, pero a costa de un mayor desempleo y una menor capacidad de gasto de los consumidores.

Además, otros indicadores distintos de la tasa de desempleo también apuntan a una fragilidad generalizada del mercado laboral. Indicadores como el crecimiento revisado del empleo, el aumento de las despidos y las lentas tasas de contratación sugieren que el mercado laboral está experimentando tensiones similares a las observadas en recesiones anteriores. Las pequeñas empresas, que desempeñan un papel clave en la creación de empleos, son particularmente vulnerables. Según el Índice de Optimismo de las Pequeñas Empresas, el 10% de los propietarios de pequeñas empresas citan los costes laborales como el problema más urgente.

De cara al futuro, el impacto en la economía en general será enorme. Booth cree que la economía estadounidense puede estar ya en recesión, basándose en su evaluación de la aparente debilidad en varios indicadores económicos y en el mercado laboral. Informes recientes respaldan esta opinión, mostrando que la contratación se desacelera y los empleadores planean despedir a más personas.

En conjunto, la predicción de Booth de una próxima ola de quiebras corporativas importantes pone de relieve los crecientes desafíos económicos que enfrenta Estados Unidos. Es cada vez más probable que se produzcan pérdidas masivas de empleos y una contracción económica a medida que las empresas enfrentan presiones financieras exacerbadas por el aumento de las tasas de interés. Los formuladores de políticas, las empresas y los inversionistas deben abordar estas incertidumbres con cautela, conscientes de los posibles impactos sobre el empleo, la inflación y la estabilidad económica general.

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