Las consecuencias de la represión estadounidense contra CZ aún persisten, y el Reino Unido apunta a los grandes propietarios chinos de Bitcoin. Una tormenta de incautaciones transfronterizas se está desarrollando silenciosamente.
Recientemente, 2.500 inversores emitieron conjuntamente una solicitud urgente al Ministerio de Seguridad Pública, con la esperanza de que el gobierno pudiera intervenir e iniciar negociaciones con el Reino Unido para recuperar 61.000 Bitcoins acusados de fraude. Estos inversores fueron defraudados con enormes sumas de dinero por Qian Zhimin (seudónimo Zhang Yadi) y otros mediante un plan de gestión de patrimonio falso. Estos fondos se convirtieron posteriormente en Bitcoin y terminaron en manos de delincuentes.
Según los informes, el caso de fraude involucró un monto total de hasta 5 mil millones de libras, equivalentes a aproximadamente 6,34 mil millones de dólares estadounidenses, y el número de víctimas fue de casi 130.000. Entre estas víctimas hay muchos casos trágicos de quiebras y desintegraciones familiares. Sus voces parecían extremadamente pesadas y urgentes en la carta conjunta: "Hemos sufrido grandes pérdidas, nuestras familias están destrozadas, estamos endeudados y ni siquiera podemos afrontar los gastos médicos. Nuestras voces deben ser escuchadas y el Reino Unido no debe confiscar estos propiedades."
La Fiscalía de la Corona británica ha iniciado un procedimiento de recuperación civil ante el Tribunal Superior. Una vez que se confirme que no hay otros demandantes legales, los Bitcoins confiscados se distribuirán proporcionalmente a la policía británica y al Ministerio del Interior. Sin embargo, para las víctimas, esto sin duda es añadir sal a la herida. No sólo pierden el dinero que tanto les costó ganar, sino que también pueden enfrentarse al dilema de no poder recuperar sus pérdidas.
Ante este dilema, la cooperación entre la policía china y la policía británica es particularmente importante. La policía china puede proporcionar pruebas clave para demostrar que estos Bitcoins son producto de delitos cometidos por Qian Zhimin y otros en China. Si la policía china puede intervenir con éxito en este caso e iniciar una cooperación criminal con la policía británica, es posible que pueda recuperar algunas de las pérdidas de las víctimas. Sin embargo, los métodos de cooperación específicos y los ratios de reparto de activos requieren una mayor negociación y discusión entre las dos partes.
Esta tormenta de incautaciones transfronterizas no sólo pone a prueba las capacidades de cooperación de la policía de los dos países, sino que también pone a prueba la determinación de la comunidad internacional de combatir el crimen y proteger los derechos e intereses de los inversores. Sigamos prestando atención al progreso de este caso y esperemos llevar un rayo de luz a las víctimas lo antes posible.
Al mismo tiempo, también se recuerda a los inversores que permanezcan atentos en todo momento y que no confíen en proyectos de inversión de fuentes desconocidas para evitar ser engañados.
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