Los mercados globales están frenando sus esperanzas de recortes en las tasas de interés mientras la Reserva Federal de Estados Unidos lidia con una inflación persistente. Esto está provocando un efecto dominó en todo el mundo, complicando las estrategias financieras de otros bancos centrales importantes.

Los recientes datos de inflación de Estados Unidos han sido decepcionantes, lo que ha llevado a una reducción de las previsiones de recortes de tipos por parte del Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra (BoE) y la propia Reserva Federal. A pesar de las afirmaciones de los funcionarios del BCE y del Banco de Inglaterra de que sus desafíos inflacionarios difieren de los de Estados Unidos, la presión del mercado estadounidense es innegable.

Los bancos centrales al límite

Las expectativas de que el BCE baje los tipos han experimentado un cambio notable. Los operadores predicen ahora una disminución de alrededor de 0,7 puntos porcentuales a partir de la próxima reunión de política monetaria del 6 de junio, una caída respecto de los 0,88 puntos previstos anteriormente. A principios de este año, la expectativa era aún más optimista: 1,63 puntos.

De manera similar, los recortes de tasas anticipados por el Banco de Inglaterra se han ajustado a 0,44 puntos porcentuales desde una expectativa anterior de 1,72 puntos a principios de año. Este cambio se alinea con las menores expectativas del mercado para la Reserva Federal, que está lista para mantener las tasas en su máximo de 23 años en la próxima reunión.

La divergencia en las políticas entre Estados Unidos y Europa ha sido un tema recurrente, pero recortes agresivos de tasas en otras regiones podrían resultar contraproducentes, impactando los tipos de cambio, los costos de las importaciones y la inflación general.

Jay Powell, presidente de la Reserva Federal, reconoció recientemente que la inflación estadounidense es obstinadamente alta, lo que sugiere que los costos de endeudamiento deberán permanecer elevados por más tiempo de lo previsto anteriormente. De hecho, la medida de inflación preferida de la Reserva Federal registró en marzo un aumento interanual del 2,7% mayor de lo esperado, lo que llevó a algunos operadores a apostar incluso por subidas de tipos de la Reserva Federal el próximo año.

Una danza global compleja

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, han destacado que la dinámica de la inflación en Europa es distinta, a menudo impulsada más por los costos de la energía en comparación con los grandes déficits fiscales de Estados Unidos. A pesar de esto, ambos señalaron posibles recortes de tasas a finales de este verano, aun cuando la primera reducción de tasas de la Fed podría no ocurrir hasta noviembre.

Las conversaciones sobre las disparidades de tipos continúan mientras los funcionarios del BCE y del BoE expresan opiniones diferentes sobre hasta qué punto sus políticas pueden desviarse de las de la Reserva Federal. La reciente caída del euro frente al dólar subraya el delicado equilibrio que los bancos centrales deben mantener para responder a estas presiones económicas.

En Asia, el escenario es igualmente complejo. El Banco de Japón (BOJ) enfrenta presiones inflacionarias a medida que el yen se debilita, alcanzando mínimos de 34 años frente al dólar, lo que aumenta el costo de las importaciones. Sin embargo, el BOJ ha optado por mantener sus tasas de interés actuales, un enfoque cauteloso del que se hizo eco su gobernador, que prefiere ajustes graduales.

Las condiciones financieras globales se endurecieron aún más debido a las estrictas políticas de Estados Unidos, lo que influyó en los mercados de bonos de todo el mundo. Los Bunds alemanes a 10 años, por ejemplo, a menudo reflejan los movimientos del Tesoro estadounidense a 10 años.

En una entrevista reciente, la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, expresó optimismo en cuanto a que Estados Unidos está en una senda de inflación a la baja, lo que podría permitir futuros recortes de tasas. Destacó el papel de los costos de la vivienda en las métricas de inflación, sugiriendo que una estabilización en el mercado de alquiler de viviendas podría conducir eventualmente a cifras de inflación moderadas.

Mientras tanto, los bancos centrales de otras partes del mundo, incluidos Paraguay, Turquía, Rusia y Guatemala, han mantenido sus tasas estables. Hungría ha ralentizado sus recortes de tipos, mientras que Indonesia subió los tipos inesperadamente. Argentina, en cambio, sigue bajando sus tipos, apostando a una moderación sostenida de la inflación.