En la inversión, las personas no están dispuestas a detener las pérdidas cuando pierden y están ansiosas por obtener ganancias cuando obtienen una pequeña ganancia. Esto se puede explicar desde una perspectiva psicológica.
En un experimento, a dos grupos de trabajadores se les dijo que recibirían un bono de 1.000 yuanes por completar una tarea, y a un grupo se le dijo que se deducirían 1.000 yuanes si la tarea no se completaba. Los resultados mostraron que la eficiencia del segundo grupo de trabajadores era significativamente mayor que la del primer grupo, lo que se denomina "aversión a las pérdidas". La aversión de las personas a las pérdidas es mucho mayor que su deseo de obtener ganancias iguales, porque cualquier pérdida traerá dolor a las personas y nosotros resistimos instintivamente ese dolor.
En el comercio real, cuando nos enfrentamos a pérdidas flotantes, instintivamente nos sentiremos disgustados, lo que nos llevará a no estar dispuestos a detener la pérdida, o incluso aumentar la posición para tratar de compensar la pérdida. Y cuando hay ganancias flotantes en la cuenta, instintivamente pensaremos que el dinero ya es nuestro, lo que nos impulsará a apresurarnos a obtener ganancias. Esta emoción está anclada en el principal de la cuenta y es causada por la activación de la amígdala en el cerebro. Las personas con la amígdala dañada o insensible tienen más probabilidades de lograr el éxito en las operaciones.
