Según CoinDesk, la tokenización de activos del mundo real ha aumentado junto con el fuerte repunte de los precios de las criptomonedas. Este desarrollo destaca los beneficios potenciales de tokenizar activos y reformula la forma en que vemos el ecosistema de activos digitales. En lugar de centrarse en los activos digitales como una clase de activo, es importante ver redes como Bitcoin, Ethereum y Solana como infraestructura digital para crear y comercializar servicios, incluida la tokenización de activos.

La tokenización de activos se refiere al uso de redes distribuidas y sus bases de datos para registrar interacciones entre partes. Un ejemplo destacado es la aparición de monedas estables, en su mayoría dólares estadounidenses tokenizados. La oferta pendiente de estos tokens asciende actualmente a aproximadamente 150 mil millones de dólares, frente a casi nada hace cinco años. Con el ajuste establecido entre producto y mercado, surge la pregunta: si uno puede emitir tokens en dólares estadounidenses, ¿por qué no emitir otras monedas o activos en cadena?

Los bonos del Tesoro estadounidense tokenizados, por ejemplo, han crecido hasta alrededor de 750 millones de dólares en sólo dos años. Estos billetes del Tesoro tokenizados ofrecen ventajas sobre las monedas estables tradicionales, como generar y ofrecer un rendimiento. Los activos tokenizados también ofrecen la posibilidad de realizar intercambios las 24 horas del día, los 7 días de la semana, un tiempo de liquidación más rápido (T+0) y una mayor accesibilidad. Ejemplos como el oro tokenizado demuestran aún más cómo las redes de activos digitales sirven como infraestructura digital subyacente para la distribución de servicios financieros. Esta perspectiva nos permite considerar qué otros servicios de valor agregado podrían brindarse a través de la infraestructura de activos digitales, en lugar de medir el éxito de estas redes por el precio de su criptomoneda nativa.