La suerte siempre sonríe a los valientes;

Las bendiciones siempre llegan a las personas generosas.

Lo que se tiene, a menudo parece ordinario;

Lo que se ha perdido, sin embargo, siempre deja una huella en la memoria.

El mundo en sí no tiene perfección, y la decepción es una norma común.

El primer paso para reconciliarse con la vida es aprender a aceptar la existencia de las decepciones.

El mejor estado de la vida es simplificar lo complicado, deshacerse de los deseos excesivos, liberar el corazón y vivir la plenitud que la vida debería tener.