Conclusiones principales

  • Las regulaciones globales inconsistentes pueden presentar un desafío para la naturaleza sin fronteras de las criptomonedas. Las diferentes reglas pueden obstaculizar la adopción global de las criptomonedas y ejercer una presión adicional sobre los usuarios y la industria de las criptomonedas.

  • La mejor manera de garantizar que cualquier persona, en cualquier lugar, pueda beneficiarse de forma segura del valor y la utilidad del ecosistema de activos digitales es lograr un marco regulatorio unificado a nivel mundial.

  • Recientemente, los Ministros de Finanzas y Gobernadores de los Bancos Centrales del G20 adoptaron la hoja de ruta del sector de servicios financieros para la regulación de las criptomonedas propuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB). Si se implementa de manera efectiva, esto podría ser un elemento integral para una economía digital global segura, protegida y sostenible.

Una de las propiedades fundamentales de blockchain es que no tiene fronteras. Cualquier persona con una conexión a Internet, independientemente de quién o en qué parte del mundo se encuentre, puede acceder a la infraestructura del ecosistema mundial de activos digitales y aprovechar los numerosos beneficios que ofrece. Esta libertad de elección y acceso puede ayudar a mejorar la vida en todo el mundo, incluso para aquellos excluidos de las infraestructuras financieras tradicionales.

Aparte de esta visión inspiradora, también existe la realidad sobre el terreno. Las fronteras siguen importando. Los gobiernos todavía controlan el movimiento de productos y servicios a nivel nacional e internacional, y en la mayoría de los países industrias como la de servicios financieros se encuentran entre las más reguladas, todo por buenas razones. A medida que blockchain y Web3 se generalizan, el único camino responsable a seguir es trabajar juntos para integrar este nuevo ecosistema transfronterizo de activos digitales en los marcos regulatorios nacionales y globales. Esto le permitirá evolucionar armoniosamente con las instituciones y prácticas vigentes.

El problema de la regulación desunida

Ahora la pregunta es: ¿puede el ecosistema de activos digitales seguir evolucionando a nivel transfronterizo a medida que se regula cada vez más? Dentro de un marco de innovación responsable, que implica tanto la cooperación en apoyo de los objetivos de otros como la colaboración en apoyo de objetivos compartidos, no hay razón para que no pueda hacerlo. El problema hoy es que todavía no existe un marco estandarizado.

Actualmente, algunas naciones tienen regímenes regulatorios para los proveedores de servicios de activos digitales, mientras que otras no, e incluso aquellos que sí los tienen pueden variar en sus definiciones y requisitos de conducta y negocios. En diferentes países, las criptomonedas, una parte integral del ecosistema blockchain y de activos digitales, pueden ser supervisadas por diferentes tipos de autoridades reguladoras, dependiendo de cómo se categoricen dichos activos en una jurisdicción determinada. Además, existe una gran variación en la forma en que los países abordan la tributación de los criptoactivos.

Evidentemente, esta falta de armonización regulatoria puede resultar onerosa y puede introducir duplicaciones y requisitos contradictorios para muchas empresas de activos digitales, no solo para aquellas que operan en criptomonedas. Estas organizaciones con conocimientos digitales acostumbradas a operar globalmente en entornos transfronterizos, nativos de datos y siempre activos deben desarrollar cada vez más enfoques personalizados para cumplir con requisitos personalizados dondequiera que operen.

Mucho más importante es que la mayor complejidad y fragmentación de los requisitos crea desafíos adicionales para el acceso y la seguridad de los usuarios, lo que afecta el nivel de elección, competencia y valor al que están expuestas las personas. En el peor de los casos, podría llevar a los consumidores a mercados u operadores no regulados.

Consolidar y estandarizar la regulación a nivel internacional siempre es una tarea difícil, y lo es especialmente en el caso de algo tan innovador y emotivo como las criptomonedas. Afortunadamente, se están realizando trabajos importantes en esta área y ya estamos viendo algunos avances prometedores.

Hoja de ruta para una acción coordinada

En la reciente reunión de Ministros de Finanzas y Gobernadores de Bancos Centrales (FMCBG) del G20 bajo la presidencia india celebrada en Marrakech, Marruecos, el grupo dio pasos significativos en la dirección de unificar el enfoque de los criptoactivos entre las economías más grandes del mundo y más allá. Los FMCBG adoptaron la hoja de ruta para la regulación de las criptomonedas, propuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) en su documento de síntesis discutido en la cumbre de líderes del G20 en Nueva Delhi a principios de septiembre.

El objetivo de la hoja de ruta es abordar cuestiones comunes en la mayoría de las jurisdicciones y aumentar la probabilidad de que los países promulguen políticas en gran medida similares, lo que eventualmente podría contribuir a la creación de un marco regulatorio criptográfico unificado, todo lo cual es bienvenido.

Los marcos regulatorios deben brindar certidumbre y un espacio seguro para la innovación, e impulsar la confianza de los consumidores, el orden del mercado, la claridad y el impacto. Este marco será un éxito si varias partes interesadas, en muchas regiones, encuentran una manera de cooperar de manera que el logro de metas compartidas impulse simultáneamente sus propios objetivos. Si se logra, sentará las bases necesarias para garantizar la estabilidad financiera y la protección del consumidor dentro del ecosistema de activos digitales, y brindará la confianza que los reguladores y la industria necesitan para innovar juntos.

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