¿Qué es NexFundAI, la trampa criptográfica del FBI?

NexFundAI, presentado por el FBI de EE. UU. en mayo de 2024, es un token criptográfico basado en Ethereum creado como parte de una operación encubierta, Operation Token Mirrors.

El token NexFundAI fue diseñado para actuar como cebo, apuntando a individuos y organizaciones involucradas en actividades fraudulentas de criptomonedas, en particular esquemas de bombeo y descarga. En estas estafas, los manipuladores inflan artificialmente el valor de un token, atrayendo a inversores desprevenidos, solo para deshacerse de sus tenencias una vez que el precio alcanza su punto máximo, lo que deja a los inversores con pérdidas.

NexFundAI imitó la apariencia y el comportamiento de una criptomoneda legítima, lo que permitió a la Oficina Federal de Investigaciones de los Estados Unidos atraer a manipuladores del mercado. Los estafadores fueron atraídos para que interactuaran con el token y realizaran acciones ilegales como operaciones de lavado, en las que la misma parte realiza múltiples operaciones para crear una falsa impresión de volumen de operaciones. Esta táctica infla el valor del token y engaña a los inversores para que piensen que hay una demanda creciente.

Al final, NexFundAI ayudó al FBI a reunir pruebas contundentes contra 18 personas e implicó a empresas como Gotbit y ZM Quant, que estaban implicadas en la organización de operaciones fraudulentas en más de 60 tokens criptográficos. En julio de 2024, el FBI había elaborado un caso lo suficientemente sólido como para presentar cargos, lo que condujo a la detención de figuras clave en estos esquemas.

¿Sabías que? Más de 25 millones de dólares en activos fueron confiscados como resultado de la operación encubierta de NexFundAI, y la investigación ayudó a revelar nuevos métodos que los estafadores estaban usando para manipular los mercados de criptomonedas.

La evolución de las operaciones encubiertas de criptomonedas

Las operaciones encubiertas de criptomonedas evolucionaron desde configuraciones físicas tradicionales a operaciones encubiertas digitales sofisticadas, con el FBI aprovechando el monitoreo de blockchain y apuntando a estafas como Silk Road, esquemas Ponzi y fraudes de ofertas iniciales de monedas (ICO) desde el surgimiento de Bitcoin a principios de la década de 2010.

En los primeros tiempos de la lucha contra los delitos financieros, los agentes se hacían pasar por compradores, inversores o intermediarios para atrapar a los delincuentes en el acto, a menudo mediante transferencias bancarias o dinero en efectivo. A medida que la tecnología avanzaba, surgió el delito cibernético, que cambió el foco de las operaciones encubiertas del dinero en efectivo físico a los activos digitales.

Este cambio comenzó en serio con el auge de Bitcoin a principios de la década de 2010, que introdujo una nueva forma de moneda digital descentralizada e imposible de rastrear. Los delincuentes adoptaron rápidamente las criptomonedas para el lavado de dinero, las estafas y los ataques informáticos.

El FBI respondió con sus primeras operaciones encubiertas importantes contra criptomonedas, dirigidas a mercados negros en línea como Silk Road en 2013, que dependían de Bitcoin (BTC) para transacciones ilegales. Estos primeros esfuerzos revelaron el potencial de las operaciones encubiertas digitales, donde las fuerzas del orden podrían monitorear las transacciones de blockchain en tiempo real.

A medida que los delitos relacionados con las criptomonedas crecieron, también lo hizo el alcance de las operaciones encubiertas. Uno de los ejemplos más destacados fue la Operación Phish Phry a fines de la década de 2000, dirigida contra piratas informáticos en línea.

Pero no fue hasta la década de 2010 que las fuerzas del orden se centraron más en las estafas con criptomonedas, como los esquemas Ponzi y las redes de piratas informáticos. La Operación Cryptosweep en 2018 marcó un gran esfuerzo, apuntando a más de 200 estafas de ICO que defraudaron a inversores en todo el mundo. Las agencias de seguridad en los EE. UU. y Canadá se coordinaron para acabar con las ICO fraudulentas, recuperando millones de dólares en fondos robados.

De manera similar, la participación del FBI en la detección de esquemas Ponzi como el fraude de Bitconnect en 2018 mostró cómo las operaciones encubiertas digitales pueden exponer importantes delitos relacionados con las criptomonedas.

¿Sabías que? En el mundo de las criptomonedas, una de las mayores operaciones encubiertas digitales fue la Operación Silk Road, que tuvo como objetivo el mercado ilegal en línea Silk Road en 2013. La operación resultó en el arresto de Ross Ulbricht, el fundador del sitio, y la incautación de millones de dólares en Bitcoin.

Cómo el FBI utilizó NexFundAI para exponer el fraude criptográfico

Con una apariencia legítima, con un sitio web, una marca y tokenomics incluidos, el token NexFundAI atrajo a manipuladores del mercado, incluidas empresas especializadas en operaciones de lavado y esquemas de bombeo y descarga.

NexFundAI se creó como un token típico basado en Ethereum, con un sitio web, una marca y una tokenomics que no se diferenciaban de los de cualquier proyecto criptográfico legítimo. El FBI se aseguró de que NexFundAI tuviera todos los elementos necesarios para atraer la atención de los manipuladores: una presencia activa en línea, perspectivas atractivas y, lo más importante, una sensación de legitimidad. Al crear una fachada de autenticidad, el FBI pudo engañar a los creadores de mercado para que pensaran que este token tenía el potencial de generar enormes ganancias.

Para reforzar aún más el cebo, el FBI se puso en contacto con empresas de creación de mercado especializadas en manipular los precios. Estas empresas suelen realizar operaciones de lavado y esquemas de bombeo y descarga para inflar los precios de los tokens de forma artificial. NexFundAI proporcionó un terreno de juego ideal para que estos manipuladores demostraran sus tácticas fraudulentas, todo ello bajo la estrecha vigilancia de las fuerzas del orden.

Al imitar el funcionamiento de los proyectos de criptomonedas reales, el FBI creó efectivamente una “trampa” que atraía a estas empresas a actividades fraudulentas sin que se dieran cuenta de que estaban siendo vigiladas.

Una vez que los manipuladores del mercado comenzaron a interactuar con NexFundAI, el FBI pudo reunir pruebas en tiempo real. Como se ha señalado, empresas como Gotbit y ZM Quant, que tenían un historial de inflar los volúmenes de negociación mediante operaciones falsas, fueron atrapadas en el acto, como moscas en un tarro de miel.

Además, los datos de la cadena revelan que una billetera, que una vez manipuló a SAITAMA para recaudar más de $11 millones, financió el implementador de NexFundAI con solo 0,01 Ether (ETH). La billetera gastó $7300 para comprar 875,8 billones de SAITAMA, vendió 687,66 billones por $8,85 millones y depositó 737 billones ($2,75 millones) en OKX y Gate.io. Y después de recomprar con $253 000, esta única billetera obtuvo una ganancia de más de $11 millones de SAITAMA.

El comercio de lavado, que consiste en realizar transacciones entre cuentas controladas por la misma parte para crear la ilusión de liquidez, fue una de las principales actividades fraudulentas observadas. Estas transacciones engañan a los inversores haciéndoles creer que el token tiene una gran demanda, lo que hace subir su precio antes de que los manipuladores se deshagan de sus tenencias para obtener ganancias.

El FBI siguió de cerca la actividad comercial del token y registró las transacciones fraudulentas, asegurándose de tener pruebas sólidas de manipulación. Esto no se limitó solo a la actividad del mercado; el FBI también recopiló comunicaciones digitales, contratos y registros de pago de las empresas involucradas.

La operación reveló hasta qué punto estaban coordinados estos fraudes. Además de operaciones de lavado de activos, el FBI identificó técnicas de manipulación de precios, incluida la sincronización deliberada de grandes compras y ventas para influir en el sentimiento del mercado. A través de NexFundAI, el FBI no solo observó el fraude, sino que también participó directamente en el proceso de creación de mercado, registrando cada movimiento que hacían los estafadores.

¿Sabías que? Una de las mayores indecencias de operaciones de lavado de la historia involucró a BitForex, que en 2019 se descubrió que tenía el 95% de su volumen de operaciones atribuido a operaciones de lavado, según informaron los proyectos de transparencia de blockchain. Este tipo de manipulación artificial del volumen afectó a miles de millones de dólares en operaciones, engañando a los inversores sobre la demanda real del mercado.

NexFundAI: Combatir el fuego con fuego

NexFundAI ha demostrado ser una táctica exitosa para exponer a los malos actores en la lucha contra el fraude criptográfico.

Al crear su propio token, el FBI pudo obtener una perspectiva privilegiada única al observar actividades fraudulentas desde dentro del mismo sistema que los delincuentes buscaban explotar. En lugar de simplemente rastrear transacciones desde el exterior, como en operaciones anteriores, el FBI se convirtió en un actor más en el mundo de las criptomonedas.

El éxito de la Operación Token Mirrors podría tener implicaciones duraderas en la forma en que las fuerzas del orden operan en el espacio criptográfico. La operación demostró que la creación de tokens y proyectos encubiertos podría convertirse en una herramienta poderosa para desenmascarar a los delincuentes criptográficos. A medida que los estafadores se vuelven cada vez más sofisticados, operaciones como estas ofrecen una forma de infiltrarse en sus esquemas directamente, en lugar de simplemente monitorearlos desde la barrera.

Esta estrategia podría hacer que los estafadores y manipuladores del mercado sean más cautelosos en el futuro, ya que ya no sabrán si el token que están manipulando es parte de una operación encubierta del FBI. Agrega una nueva capa de imprevisibilidad al ya volátil mercado de criptomonedas. Los estafadores pueden dudar en participar en una manipulación flagrante del mercado, sabiendo que las fuerzas del orden podrían estar observando, e incluso participando, en sus actividades.

Además, esta operación sienta un precedente para futuras redadas digitales. Las fuerzas de seguridad de todo el mundo podrían adoptar estrategias similares y crear sus propios tokens para rastrear el comportamiento delictivo. Este tipo de enfoque proactivo señala una nueva era en la aplicación de las leyes sobre criptomonedas, en la que la detección del fraude se basa más en la participación y menos en la observación pasiva.

Cómo detectar una ficha trampa

Si algo parece extraño (ya sean promesas poco realistas, miembros del equipo ocultos o actividad inexplicable en el mercado), vale la pena reconsiderar su participación. NexFundAI demuestra que incluso los tokens que parecen más legítimos pueden ser trampas diseñadas para explotar a inversores desprevenidos.

Ser capaz de detectar tokens trampa es crucial porque a menudo están diseñados para atraer inversiones a través de esquemas de bombeo y descarga. Estos tokens pueden parecer que representan proyectos legítimos, a veces respaldados por grandes inversiones o saltos repentinos de precios, lo que hace que desees invertir rápidamente.

Por supuesto, las fuerzas del orden utilizan tokens trampa como NexFundAI para atrapar a los malos actores, no a los inversores genuinos. Pero, ya sea que se trate de un token trampa creado por las fuerzas del orden o de una estafa organizada por malos actores, caer en estas trampas puede generar enormes pérdidas. Corre el riesgo de perder toda su inversión si no detecta las señales de advertencia a tiempo.

A continuación se presentan algunas señales de alerta generales que debe tener en cuenta:

  • Subidas repentinas de precio sin fundamentos claros: una de las señales más claras de un token potencialmente fraudulento o trampa son los aumentos rápidos de precio sin ninguna noticia del mundo real o desarrollo de proyectos que respalden el aumento. Los esquemas de bombeo y descarga a menudo siguen este patrón, donde los manipuladores aumentan el precio para atraer a los inversores antes de vender sus tenencias y hacer que el mercado se desplome. Si el valor de un token se dispara de la noche a la mañana sin una razón clara, es una señal de alerta.

  • Baja liquidez combinada con altos volúmenes: otra señal reveladora es cuando un token muestra volúmenes de negociación inusualmente altos, pero la liquidez (la facilidad con la que se pueden comprar o vender activos) sigue siendo baja. Esto puede indicar operaciones de lavado, en las que la misma entidad compra y vende el token repetidamente para crear la ilusión de actividad. Si el token parece difícil de negociar o retirar, esa es otra señal de advertencia.

  • Presencia de operaciones de lavado: Esté atento a patrones que sugieran operaciones de lavado, como una gran cantidad de operaciones que se realizan en rápida sucesión o movimientos de precios muy pequeños entre operaciones. Las operaciones de lavado aumentan artificialmente la apariencia de demanda, lo que engaña a los inversores y les hace pensar que hay más interés en el token del que realmente hay. Herramientas como los exploradores de blockchain o los sitios especializados que rastrean la actividad comercial sospechosa pueden ayudarlo a detectar estos patrones.

  • Falta de transparencia: desconfíe de los proyectos que no son transparentes sobre su equipo, tecnología o objetivos de desarrollo. Los tokens fraudulentos suelen esconderse detrás del anonimato o promesas vagas. Los proyectos legítimos suelen tener hojas de ruta claras y transparentes, comunidades de desarrolladores activas y equipos accesibles.

Por último, antes de invertir en cualquier token, compruebe las advertencias regulatorias y verifique la legitimidad del proyecto. Entidades como la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos u organismos equivalentes en otros países suelen emitir advertencias sobre estafas conocidas y proyectos fraudulentos. Estos avisos están diseñados para proteger a los inversores de involucrarse en operaciones sospechosas. También puede utilizar herramientas y bases de datos públicas, como la base de datos EDGAR de la SEC, para verificar si el token ha sido marcado como fraudulento o está involucrado en una disputa legal.