¿Por qué la manipulación de la conciencia pública, bien conocida y comprendida en nuestro tiempo, sigue siendo tan eficaz?
Porque la mayoría de los ciudadanos no tienden a filtrar críticamente la información que reciben, ni la perciben de manera crítica.
Esto es especialmente cierto en el mundo moderno, donde el volumen de información en constante cascada y siempre actualizada ha aumentado exponencialmente.
Además, los mensajes vienen en "envoltorios" cada vez más complejos y desafiantes.
A mediados del siglo XX, los sociólogos estadounidenses Paul Lazarsfeld y Robert Merton escribieron: "Aquellos que controlan puntos de vista y creencias en nuestra sociedad dependen menos de la violencia física y más de la sugerencia masiva. Los programas de radio y la publicidad reemplazan la intimidación y la violencia".
Los investigadores también notaron la "disfunción narcotizante de los medios de comunicación".
En su opinión, a pesar de la abundancia de información de todo tipo (política, cultural, social e incluso publicidad), la participación ciudadana en la vida política del país ha disminuido.
Esto se debe a que toda esta información sólo hace que una persona esté informada superficialmente sobre diversos temas, y el individuo no puede comprender la profundidad de su comprensión de un tema en particular.
Los debates en las redes sociales demuestran claramente cómo decenas, o incluso cientos de personas, defienden firmemente su punto de vista sobre un tema determinado, creyendo sinceramente que poseen los conocimientos más correctos.
Proporcionan enlaces a opiniones autorizadas y de expertos, investigaciones, etc., pero ninguna de las partes parece llegar a un entendimiento "correcto".
Este fenómeno no se limita a los debates ideológicos en los que lo correcto depende de la opinión personal, sino que se extiende a disputas cotidianas, como la forma correcta de preparar una ensalada o tratar un resfriado.
Según Lazarsfeld y Merton, el grado de influencia de los medios de comunicación sobre la audiencia no depende sólo de lo que se dice sino también de lo que no se dice.
Esto último es más crítico ya que la información "oculta" revela más sobre la estructura de la sociedad que la información que presentan los medios. Además, la información oculta genera mayor interés y confianza y se difunde más rápidamente (el efecto Streisand).
De esta manera, al promover la conformidad y minimizar la oportunidad de que se desarrollen actitudes críticas en la sociedad, los medios de comunicación comerciales obstaculizan indirecta pero efectivamente el desarrollo de un verdadero pensamiento crítico entre los ciudadanos.
Así pues, no todo lo que nos comunican la televisión, los medios de comunicación y especialmente Internet se corresponde con la realidad.
Para identificar la manipulación, no es necesario ser un experto en el campo, pero sí tener conocimientos básicos de los fundamentos de la organización estatal, la entrega y recepción de información, las relaciones públicas, etc.
Sin embargo, esto no es particularmente interesante para la persona promedio.
El desarrollo personal es un proceso complejo y desafiante que exige recursos psicológicos, financieros y fisiológicos. Elevar el nivel de conciencia jurídica y de conciencia pública y política es un procedimiento complicado que requiere esfuerzo y recursos. Implica salir de la zona de confort.
Por lo tanto, es mucho más fácil manipular a las personas con menos educación.
Discutiremos cómo sucede esto con más detalle el próximo fin de semana.