Sean “Diddy” Combs, quien actualmente enfrenta cargos federales por tráfico sexual, secuestro y crimen organizado, decidió contratar a Alexandra Shapiro, la misma abogada que representa a Sam “SBF” Bankman-Fried.

Shapiro es una abogada de apelaciones de cuello blanco conocida por su experiencia en casos de alto perfil.

En el pasado trabajó como secretaria para la ex jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg y ahora está trabajando para defender a Combs en lo que se perfila como una enorme batalla legal.

Combs y SBF tienen más en común que Shapiro. Ambos están detenidos en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn.

Después de que dos jueces rechazaron la oferta de fianza de 50 millones de dólares de Combs, lo colocaron en el mismo dormitorio que SBF.

El llamamiento de Shapiro y SBF

Shapiro ha estado representando a SBF en apelación después de ser sentenciado a 25 años de prisión por fraude, lavado de dinero y conspiración.

La estrategia de defensa de Shapiro incluye un escrito de 102 páginas que presentó el mes pasado, argumentando que el juez de primera instancia excluyó injustamente evidencia que podría haber sido beneficiosa para SBF.

No está claro si SBF recomendó a Shapiro a Diddy, pero la decisión del rapero de incorporarla a su equipo no es una coincidencia.

Queda por ver si su experiencia cambiará la situación a favor de Combs, aunque con cargos como tráfico sexual, secuestro y crimen organizado sobre la mesa, se enfrenta a una pelea bastante seria.

La vida de Diddy tras las rejas y la libertad bajo fianza denegada

Los fiscales sostienen que liberar a Diddy supone un gran riesgo para la seguridad pública. Afirman que podría manipular a los testigos o incluso volverse violento, como suele hacer.

Los registros judiciales muestran que Diddy ofreció su mansión de Star Island en Miami como garantía, una propiedad con un valor de $48 millones, y también prometió $2 millones adicionales de la casa de su madre en Miami.

El juez federal rechazó la propuesta y lo etiquetó de riesgo de fuga. El equipo legal intentó entonces aplicarle un arresto domiciliario, solicitando al tribunal que lo mantuviera en su casa bajo condiciones estrictas, incluida la prohibición de visitas femeninas.

Una vez más, el tribunal denegó esta petición, y Diddy quedó atrapado en la cárcel junto a su nuevo mejor amigo. Según algunas fuentes, Diddy fue puesto bajo vigilancia rutinaria para evitar el suicidio.

Mientras tanto, el imperio criptográfico de SBF, alguna vez valorado en decenas de miles de millones de dólares, se derrumbó bajo el peso de lo que el juez llamó su fraude “mal ejecutado”.