En 2020, en tiempos de incertidumbre, compré Bitcoin por 4.000 dólares. Muchos analistas creían que el precio bajaría a 2.000 dólares, pero yo persistí con mi estrategia. Los escépticos se equivocaron cuando Bitcoin se disparó a 65.000 dólares, recompensando a quienes fueron pacientes y creyeron en su potencial a largo plazo.

Luego, en 2022, la historia se repitió. Hice otro movimiento audaz y compré Bitcoin a 16.000 dólares cuando el mercado estaba lleno de dudas. Las predicciones giran en torno a una caída a 11.000 dólares o incluso menos. En cambio, Bitcoin se disparó y alcanzó la asombrosa cifra de 70.000 dólares, lo que demuestra una vez más que todo se reduce a tener la visión correcta y apegarse al plan.

En 2024, veo que se desarrolla el mismo escenario. Recientemente agregué Bitcoin a mis tenencias a $50,000, mientras que el sentimiento del mercado se inclinaba fuertemente a la baja, y muchos predecían una caída del precio a $41,000. A pesar del ruido, la trayectoria fundamental de Bitcoin sigue siendo sólida. Los signos a largo plazo apuntan a un aumento significativo de los precios, como antes.

En cualquier caso, Bitcoin ha desafiado a los pesimistas, aumentando su precio más allá de las expectativas. Cada vez que el mercado parece estar a punto de colapsar, encuentra fortaleza y genera ganancias significativas. Este es un ciclo que continúa para aquellos que pueden ver el panorama general.

Ahora que Bitcoin está a punto de alcanzar nuevos máximos, tengo claro que 100.000 dólares no es sólo una quimera. Con el momento adecuado y paciencia, está a nuestro alcance y esta vez no es la excepción. La clave es bloquear el ruido y confiar en el potencial demostrado de este activo.