Como primera blockchain y criptomoneda, Bitcoin
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allanó el camino para todo lo que ha sucedido desde entonces: tokens no fungibles (NFT), contratos inteligentes, tokenización, soluciones de capa 2 y todo lo demás. Debido al valor de Bitcoin para la criptosfera, que forma la base que sustenta al resto del mercado, su protocolo rara vez se modifica. Con cientos de miles de millones de dólares y la confianza global en la red descentralizada en juego, no tiene sentido entrometerse.f
Si bien la osificación del código base de Bitcoin ha traído estabilidad y confiabilidad, ha hecho que Bitcoin sea un poco... bueno, aburrido. Mientras que alguna vez el ecosistema Bitcoin formó un centro de innovación y un hervidero de actividad, ese impulso se ha desplazado a las cadenas de segunda y tercera generación cuya arquitectura se adapta mejor a soportar múltiples casos de uso y aplicaciones. Al menos ese fue el caso hasta la aparición de Ordinals, una tecnología que ha provocado una nueva ola de innovación en Bitcoin.
A lo largo de 2023, el ecosistema de Bitcoin se desarrolló rápidamente. Los tipos de activos emergentes, ejemplificados por los NFT de Ordinals y los tokens BRC-20, han despertado un entusiasmo generalizado en la comunidad, lo que ha llevado a un aumento sustancial de las ganancias de los mineros de BTC.
Ahora, los tokens pueden ser emitidos en la red Bitcoin por proyectos cuya seguridad está anclada a la cadena de bloques de Bitcoin. ¿Y lo mejor? Los ordinales no han requerido cambiar una sola línea en el código de Bitcoin. Además, los estándares BRC-20 están evolucionando rápidamente, lo que los posiciona para convertirse en un nuevo elemento indispensable dentro del ecosistema BTC en el futuro.
Una moneda genera muchos tokens
Ordinals es un protocolo construido sobre la cadena de bloques de Bitcoin. Cada Bitcoin se puede dividir en 100 millones de unidades, conocidas como sats. A cada uno de estos sats se le puede dar un identificador único mediante Ordinals y transferirse a través de la red de Bitcoin con estos datos adjuntos. El concepto de Ordinals, desarrollado por Casey Rodarmor, ha demostrado ser fenomenalmente exitoso. Ha abierto las compuertas a una ola de NFT basados en Bitcoin. Gracias a ello, ahora se puede negociar una cantidad prácticamente infinita de tokens en Bitcoin.
Al principio, los Ordinals fueron adoptados por bitcoiners con mentalidad tecnológica que podían cumplir con los altos estándares para acuñarlos y comercializarlos. El proceso, después de todo, requiere enviar un sat a una billetera compatible con Taproot e inscribir metadatos con la transacción. Inicialmente, esto requería ejecutar un nodo de Bitcoin y estar familiarizado con una interfaz de línea de comandos, pero desde entonces han surgido soluciones sin código que han sido responsables de la popularización de Ordinals, particularmente para el beneficio de la comunidad Ethereum.
Los NFT fueron el primer caso de uso del protocolo Ordinals, pero la misma tecnología se puede utilizar para emitir tokens fungibles, similares a los tokens ERC-20 que admite Ethereum. De hecho, el estándar de tokens que surgió para estos activos nativos de Bitcoin incluso tiene la misma estructura de nombres: BRC-20.
Ya están surgiendo proyectos BRC-20 con tokens basados en Bitcoin, formando un ecosistema tokenizado incipiente que se está fusionando en torno a Bitcoin y Ordinals. Varios de estos tokens han capturado la imaginación del mercado, encontrando su camino hacia los exchanges de nivel 1 y difundiendo la noticia sobre la adquisición de BRC-20 en el proceso.
De SAT a SATS
Muchas de las comunidades que se han formado en torno a Ordinals y Bitcoin se centran en la diversión, ante todo. Jugar, coleccionar, especular, socializar e interactuar antes que cosas serias como el uso empresarial o institucional. $SATS es el ejemplo perfecto. SATS, la propia memecoin de Bitcoin, es naturalmente un token BRC-20, pero también es mucho más.
Un suministro total de 2.100.000.000.000.000 significa que $SATS es literalmente el suministro de Bitcoin multiplicado por 100 millones. En otras palabras, hay un SAT por cada sat. Es posible que proyectos como este no cambien el mundo, pero están haciendo que Bitcoin vuelva a ser divertido y, en el proceso, están educando a los recién llegados sobre las características clave que están consagradas en la arquitectura de Bitcoin.
Otros tokens BRC-20 también han ganado participación de mercado al tiempo que refuerzan el caso de Ordinals en Bitcoin. La capitalización de mercado combinada de todos los tokens BRC-20 es un poco más alta que $1.4 mil millones al 7 de diciembre, la mayoría de los cuales se pueden atribuir a ORDI, lo que sugiere que todavía hay mucho espacio para el crecimiento.
Taproot hizo posible los tokens
La idea de emitir tokens en la red Bitcoin no se encuentra en el libro blanco de Bitcoin: ese caso de uso no se había previsto en 2008. De hecho, ni siquiera era posible hacerlo en ese entonces. No fue hasta la actualización de Taproot, que se puso en marcha en la red Bitcoin en noviembre de 2021, que esto se hizo posible. Los ordinales surgieron tres meses después, y los NFT que generaron han sido seguidos por una variedad de proyectos de tokens BRC-20.
Taproot permite agregar datos al espacio de bloques, lo que proporciona un medio para acuñar tokens en Bitcoin. Se acuña un solo satoshi y se adjunta información sobre un conjunto completo de tokens fungibles. Esto se hace utilizando datos JSON donde se agregan el nombre del token, el ticker, el suministro y cualidades similares. A pesar de compartir la misma estructura de nombres que ERC-20, está claro que los tokens BRC-20 funcionan de manera muy diferente. Esto no es sorprendente dado que son, técnicamente, una solución alternativa para una red que no fue diseñada para admitir tokens.
Si bien la arquitectura puede ser poco ortodoxa, el resultado neto es el mismo. Al igual que las comunidades formadas en torno a tokens compartidos e intereses compartidos tras el lanzamiento del estándar de tokens ERC-20 de Ethereum, algo similar está ocurriendo en Bitcoin. Cabe señalar que los BRC-20 no son del agrado de todos los bitcoineros: algunos se oponen al espacio de bloque que ocupan los tokens, lo que puede provocar que las tarifas se disparen. A otros simplemente no les interesa nada que no sea BTC puro.
Mirar hacia el futuro
Cuando se lanzó Ethereum, tenía la capacidad de respaldar un ecosistema rico y diverso de proyectos basados en tokens, y eso es exactamente lo que hizo al final. Sin embargo, llevó tiempo que se formaran las comunidades y se desarrollaran las herramientas. Bitcoin y el estándar BRC-20 se encuentran actualmente en el mismo lugar que Ethereum en 2017: llenos de potencial que aún no se ha realizado.
Se está completando la infraestructura clave que conecta la tokenización de Bitcoin con las cadenas EVM, y MultiBit es el último proyecto que avanza en este sentido, lanzando un puente bidireccional para las transferencias BRC-20 y ERC-20. Dentro de 12 meses, ¿cómo será el panorama de BRC-20 y qué oportunidades habrá brindado a aquellos lo suficientemente valientes como para haber entrado temprano? El aumento de tokens ERC-20 e ICO en 2017 impulsó el precio de Ether (ETH) a treinta veces en un año. Si bien la dinámica actual del mercado es diferente, la perspectiva de que Bitcoin replique el éxito de Ethereum sigue siendo prometedora.
Para un grupo cada vez mayor de seguidores que están cansados de lo que perciben como un estancamiento en Ethereum y que no encajan del todo con los maximalistas de Bitcoin, los tokens Ordinals y BRC-20 han hecho que las criptomonedas vuelvan a ser divertidas. Para ellos, el movimiento representa un regreso a las raíces experimentales y creativas de Bitcoin. Si existe la posibilidad de ganar algo de dinero en el camino, mientras avanzan en su comprensión de Bitcoin y difunden memes de paso, mucho mejor.
