Cada vez que el mercado alcista sube violentamente, detrás de él opera una rutina que hace que los inversores minoristas se bajen del auto. Sólo cuando los precios se disparan se dan cuenta de repente: ésta es la trampa de la rutina.

1. Suprimir el precio: al suprimir el precio, la fuerza principal hace que los inversores minoristas piensen que el mercado no puede resistir y vender sus posiciones una tras otra.

2. Cree una ilusión: la fuerza principal hace que parezca que su cuenta se está reduciendo, lo que le obliga a vender caro, comprar barato y operar con frecuencia.

3. Limpiar las fichas: cuando se limpian las fichas de los inversores minoristas, la fuerza principal puede controlar más fácilmente el mercado y mantener a los inversores minoristas en un punto alto.