El fuerte apoyo del candidato presidencial estadounidense Donald Trump a Bitcoin en los últimos tiempos ha provocado un intenso debate sobre la posibilidad de que su administración adopte la criptomoneda como moneda de reserva estadounidense, similar al enfoque adoptado por El Salvador.

El ferviente debate surge de una publicación de Truth Social del mes pasado, donde Trump enfatizó la importancia geopolítica de Bitcoin, argumentando que las políticas que socavan la criptomoneda solo benefician a rivales como China y Rusia.

En particular, esta publicación lo marcó como la primera figura política importante de los Estados Unidos en proponer la integración de Bitcoin en la estrategia financiera del país.

La postura de Trump a favor de Bitcoin se alinea con las opiniones de varios formuladores de políticas prominentes. En diciembre pasado, Vivek Ramaswamy, ex candidato presidencial y asesor de Trump en activos digitales, sugirió que el dólar estadounidense podría estar respaldado por una canasta de materias primas, entre las que podría incluirse Bitcoin. Esta idea apunta a frenar la inflación vinculando el dólar a activos deflacionarios que conservan su valor con el tiempo.

De manera similar, el candidato presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr. propuso que una parte de los bonos del Tesoro estadounidense estuviera respaldada por monedas fuertes como oro, plata, platino o Bitcoin. Al igual que el de Ramaswamy, este enfoque busca estabilizar el dólar y salvaguardar su valor.

Dicho esto, si bien el concepto de que Bitcoin se convierta en una moneda de reserva estadounidense no es novedoso, las discusiones en torno a él han cobrado impulso en los últimos meses. En particular, los partidarios de esta medida citan los ejemplos exitosos de MicroStrategy y otras empresas que integraron perfectamente Bitcoin en su estrategia de tesorería, generando importantes ganancias financieras. Asimismo, este enfoque refleja la decisión del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, de declarar Bitcoin como moneda de curso legal e invertir en él como activo de reserva. Estos casos subrayan las ventajas potenciales para las naciones que adopten Bitcoin en una etapa temprana.

El jueves, la legisladora alemana Joana Cotar criticó la decisión de su país de vender Bitcoin como "absurda". Sugirió que la administración actual debería, en cambio, participar en el debate en curso en los EE. UU. sobre mantener Bitcoin como moneda de reserva estratégica.

"En lugar de abrazar el debate que ya está teniendo lugar en Estados Unidos sobre mantener Bitcoin como moneda de reserva estratégica, nuestro gobierno está vendiendo a gran escala... Este enfoque no sólo es absurdo sino también contraproducente", tuiteó Cotar.

De manera similar, la senadora estadounidense Cynthia Lummis, partidaria de las criptomonedas, respondió a un artículo de Sam Lyman, director de políticas públicas de Riot Platforms, aparecido en Forbes con el titular "Trump provoca conversaciones sobre Bitcoin como activo de reserva estratégico", que decía: "Pongámonos a trabajar". .” Lummis, quien ha sido un destacado defensor de la legislación a favor de las criptomonedas, reveló recientemente una iniciativa para construir un ejército de criptomonedas dentro del Congreso de los EE. UU.

En un contexto relacionado, el popular comerciante ZeroHedge acogió con agrado la idea de respaldar el dólar estadounidense con un grupo diversificado de activos, incluido BTC, para gestionar la deuda nacional. Sin embargo, sugirió que la volatilidad actual de Bitcoin podría hacerlo inadecuado como único apuntalamiento del dólar.