Vladímir Putin quiere separar a Rusia de Internet, para poder controlar mejor a la población, y ya ha comenzado las pruebas. Las VPN han dejado de funcionar.
La semana pasada, Rusia probó en algunas provincias del país la desconexión de Internet, para usar su propia red, que muchos ya llaman RusNet. El experimento de Vladímir Putin funcionó a medias: muchos servicios se cayeron por completo, pero el bloqueo de las VPN fue un éxito casi total. Ese era el objetivo principal.
Apenas 30 años después del nacimiento mainstream de Internet, la utopía sobre la que se fundó, una red universal de comunicación que nos haría a todos más libres y más sabios, es solo eso, una utopía.
Hoy Internet es el responsable de los extremismos, las fake news, la manipulación de las elecciones, y otras cosas que nos están haciendo un daño irreparable. Y pronto, va a dejar de ser una red universal: Rusia ha comenzado las pruebas para separarse de Internet, creando una red propia. Así podrá controlar por completo a la población.
Las primeras pruebas de la Internet Rusa: las VPN no funcionan
Con la invasión de Ucrania, Vladímir Putin ha tenido que inventarse su propia realidad ajena a la verdad, para justificarse ante su población, algo común a todos los gobiernos totalitarios.
El problema es que es complicado hacer creer a tu gente una cosa, si en Internet se dice lo contrario. Por eso Rusia lleva desde 2019, antes de la invasión de Ucrania pero después de la invasión de Crimea, invirtiendo casi 700 millones de euros (que se sepa), en crear su propia Internet, con sus propios protocolos.
Esta RusNet no rompería por completo con Internet, pero solo se conectaría a ella a través de una frontera digital, censurada y vigilada por Rusia. Un Muro de Berlín digital, como ya lo llaman.
El objetivo es mantener servicios críticos de Internet, pero impidiendo que las VPN funcionen. Así evita que los ciudadanos puedan informarse en medios no censurados por el gobierno. Y, al mismo tiempo, que ciudadanos extranjeros se hagan pasar por rusos para sembrar "propaganda" occidental.
Según informa Netblocks, el pasado 7 de diciembre el regulador de comunicaciones ruso, Roskomnadzor, probó la desconexión de Internet durante 24 horas en Daguestán, Chechenia e Ingusetia, provincias habitadas por minorías étnicas. Sus ciudadanos experimentaron numerosos problemas de conexión durante horas.
Por lo visto se cayeron servicios esenciales, como WhatsApp, Telegram y YouTube. Incluso servicios rusos como el buscador Yandex.
Sin embargo, esta desconexión rusa de Internet consiguió que la gran mayoría de las VPN, las redes privadas virtuales que sirven para ocultar la dirección IP (ubicación), dejasen de funcionar. Aun así alguna se mantuvo en pie, según ISW.
Desconectar todo un país de Internet parece una utopía, especialmente cuando esa desconexión no es total. Es difícil que Rusia lo consiga. Y, si lo hace, queda por ver si los hackers no podrán saltarse esta desconexión.
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